No soy muy amigo de escribir en las redes sociales. Prácticamente no lo hago. Me remito a diario a subir las informaciones que aparecen o aparecerán escritas en Viva Jerez o en Información Jerez, aunque eso no quita para que, de vez en vez, eche un vistazo a lo que se escribe, en todas las materias pero fundamentalmente en la deportiva, que es la que profesionalmente me ocupa más directamente, en facebook o en twitter. Pues bien el otro día leí gratamente sorprendido unas líneas de Matías Aguilar, actualmente directivo del Xerez DFC, y, por ello, en medio de tantos dardos, de tanto entrometerse los unos y los otros en casa ajena, he decidido hilar este comentario de esta semana arrancando de las palabras de Matías. Con la venia del autor, escribía que “ Si pudiera ver la cara de Morales ahora mismo supongo que se estaría descojonando de todos nosotros. Ha conseguido lo que pretendía, crear malestar en el xerecismo y llenar diariamente las redes sociales de reproches de unos y otros. Yo ya tomé mi decisión hace tiempo, y creo que el futuro del xerecismo está en el proyecto del XDFC, aunque eso no quita que me preocupe por la situación del XCD y me duela ver en qué se ha convertido el club. Yo tengo claro que nunca podré reprochar a ningún xerecista que siga manteniéndose junto al XCD, sería absurdo. Hasta hace muy poco hemos compartido alegrías y tristezas y sobre todo el amor por un escudo. Sí ese escudo que lo siento como mío. Yo creo en un proyecto donde el xerecismo esté unido, donde la afición sea dueña de su club y tenga voz y voto en las decisiones que se tomen. Entiendo y comprendo a aquellos que están con dudas o siguen al XCD  y, por mi parte, ni guardo ni guardaré ningún tipo de odio o rencor hacia otro xerecista. Hoy pudiera parecer que nos dividen las siglas (XCD vs XDFC), pero hay algo más fuerte que nos une...., y eso se llama ¡XERECISMO!
En una palabra pide respeto desde el posicionamiento, como aficionado, que cada uno haya tomado en su momento. Respeto y comprensión. Vive y deja vivir. Entiendo que es lo que mejor que debe hacerse. El Xerez Deportivo Fútbol Club, con sus aficionados, con sus socios que ya han llegado a los 3.500 y buscan los 4.000, ha iniciado su camino. Y hay que respetarlo. Los aficionados, en plena libertad, han tomado la decisión de apartarse de la SAD y hacer un club de fútbol que tiene que ir escalando divisiones hasta llegar a donde se pretende. Luego, si el momento coloca a la entidad en Segunda División, se verá el tema de la sociedad anónima deportiva o no se verá, según marquen las circunstancias, pero ese es un tema a medio plazo cuanto menos y hay que centrarse en el día a día. Los que están ahí tienen que ocuparse y preocuparse de su club, de sus decisiones, de sus aciertos y de sus errores, de sus triunfos y de sus desencantos, si es que los hubiere que, de momento, no parece que los puede haber.
Y los que están en el Xerez Club Deportivo se deben preocupar exclusivamente de su equipo, que siga hacia adelante hacia donde pueda y como pueda, aunque siempre dentro de la legalidad vigente y, por supuesto, deben intentar que más pronto que tarde Ricardo García y los que supuestamente están con él abandonen la nave y que el futuro de la sociedad anónima deportiva quede en manos de los que han seguido siendo fieles al equipo de fútbol que nació en 1947. Y si la sociedad tiene que morir ahogada por sus millonarias deudas que muera en manos de xerecistas o de gente de Jerez, que tienen sus sentimientos y que deben abandonar, si preciso fuese, el barco de una politización de la sociedad como igualmente el Xerez Deportivo FC debe dejar a un lado, si es que existiese en algún momento, cualquier vinculación política porque, que nadie se olvide de ello, la política es la que llevó al fútbol de Jerez a la efímera gloria deportiva y la política es la que ha hundido al fútbol de Jerez en la espesura de las categorías regionales, categorías que el xerecismo había conocido tan solo en sus comienzos allá en los años 1947 y 1948.
La política que quiso hacer del fútbol un mercadeo de votos ha tenido culpa muchísima de lo que en Jerez ha ocurrido, porque la política fue la que constituyó, sin necesidad de tener que constituirse en aquel entonces, una sociedad anónima deportiva y la política fue la que trajo a Luis Oliver y fue la que coqueteó, en general, con Gil Silgado, al que la Guardia Civil ha tenido que salvar sus caballos, y fue la que le dio la poltrona a Joaquín Morales en aquel paseo majestuoso del nazareno junto a José Luis López desde la plaza del Arenal, donde estaba el ayuntamiento paralelo llamado Urbanismo, hasta el Consistorio. Y la política ha sido la que no ha puesto obstáculos para que el fútbol se fuese deteriorando y pudiese llegar Ricardo García y con él el canto del cisne. La política ha estado siempre metida en el fútbol, con consejeros municipales que constantemente han mirado para otro sitio, con subvenciones millonarias que servían para pagar las deudas con los jugadores y no para que el club comenzase los cimientos de un proyecto real de cantera, que ese era el destino primero y último de esas subvenciones. La política miró hacia otro lado. Siempre. Y miró porque temía a los votantes  porque temía que un error le costase votos recordando aquellas elecciones municipales después del destierro del Xerez Club Deportivo a Sanlúcar.
La política siempre ha sido mala consejera en el mundo del fútbol en particular y del deporte de la ciudad en general.