Cádiz era, en 2008, quien tenía el parque automovilístico más renovado, no se preocupaba nadie de las emisiones contaminantes y de sus efectos en nuestra salud y en nuestros edificios históricos
Lo nuevo no es ya la globalización. Lo glocal sustituye a lo global. Esto lo inventaron los de siempre, los del negocio, hace unos treinta años, en Japón, como una estrategia de marketing, para vender más. Si se quería alcanzar un mercado lo más global posible había que adaptar el producto a las peculiaridades locales, asimilarlos a sus gustos. De esa manera se comen kebabs, sushi, quesos, jamones de jabugo, en todas las partes del planeta. Si no consigues que lo tuyo se venda en Dinamarca, sencillamente es que no sabes presentarlo al modo danés, necesitas quien te ayude a glocalizar tu producto. Por suerte es como la globalización, que también se explica en dos partes: la negativa y el proyecto de intentar la positiva. De ese modo, se ha extendido al medioambiente y a la cultura.
Los atractivos carteles de paella precocinada que hacen que un extranjero pueda merendarla en un local céntrico de Jerez no son el futuro turístico de Jerez, ni siquiera el presente. El desarrollo de grandes superficies comerciales en áreas periurbanas, la crisis ha demostrado que tampoco eran la solución. De todas formas, la gente viene a Jerez, hemos vuelto a valores del 2008. Me encanta la propuesta de la Alcaldesa del diseño de rutas para el flamenco que vayan desde Santiago a San Miguel y en las que se incorporen elementos patrimoniales, bodegas, museos, y que se puedan vender a los turistas como paquetes turísticos. Lo que no sé es hacía dónde tendrán que mirar los visitantes en ese recorrido. A las terrazas, que miren a las terrazas de los bares de la Plaza Plateros y no a la Torre del Reloj, ni a las gárgolas que parecen derretirse. Que se aparten un poco, sólo para que no se les vengan encima, como hacemos los locales. Porque hay mucho que hacer y que invertir en un patrimonio tan abandonado como el nuestro.Desde aquí, mi homenaje al blog jerezpatrimoniodestruido.com y a los historiadores Esperanza de los Ríos, José Manuel Moreno Arana y Juan Antonio Moreno Arana y a sus organizadas, y por suerte cada vez más concurridas, rutas de la barbarie. La furia del ladrillo en una ciudad con tanto espacio condenó al centro. Aumentó el número de automóviles y su brillo. Cádiz era, en 2008, quien tenía el parque automovilístico más renovado, no se preocupaba nadie de las emisiones contaminantes y de sus efectos en nuestra salud y en nuestros edificios históricos. Pobre diablito de la fachada de San Miguel, parece estar desapareciendo.Y entre tanto préstamo que se necesita,¿cómo incluir al patrimonio? Porque, como bien han visto los políticos, son una oportunidad para crear empleo y riqueza.