Según el mapa que presentan los ecologistas, las costas del Campo de Gibraltar repiten catalogación de Bandera Negra. Vuelven a estar incluidas en el informe la playa de Atlanterra y la de Los Lances, en Tarifa, Isla Verde, en Algeciras, los fondos marinos lindantes con Acerinox y la Central Térmica, en Los Barrios, la playa en los aledaños de la refinería CEPSA, en San Roque y el litoral gibraltareño.
Con relación a la playa de Atlanterra, en Tarifa, los ecologistas tal y como hicieran en su informe de Banderas Negras para 2008, critican las edificaciones desmesuradas ocupando ilegalmente suelo que no está clasificado como urbano, la destrucción de cordones dunares de alto interés ecológico, la carencia de infraestructuras básicas para el suministro de agua y la depuración de los vertidos y la amenaza de crecimiento de la urbanización, con dos proyectos de crecimiento del complejo inmobiliario y turístico.
La playa de Los Lances se incluye en el informe por los vertidos directos a la playa a la altura de la urbanización de Las Cañas. Recuerdan los ecologistas que el municipio de Tarifa, con más de 20.000 habitantes, no depura sus aguas residuales. Solo posee un emisario agujereado de 1.800 metros, roto a 400 metros de distancia de la costa y que ha perdido 1.300 m. de longitud, alejando las aguas contaminadas después de un mero pretratamiento. Asimismo se resaltaba la amenaza de gran ampliación del puerto.
De la zona de Isla Verde, en Algeciras en 2008 se recordaba que prácticamente todas las aguas residuales de Algeciras (más de cien mil personas) vierten en este punto sin la más mínima depuración. “Por fin, 7 años después de su aprobación, han comenzado las obras de construcción de la depuradora. Parece que va a incorporar un sistema terciario que permitiría la reutilización de las aguas, una vez depuradas. Mientras tanto la dura realidad es que desde enero del 2001 Algeciras infringe gravemente la legalidad en materia de depuración”, rezaba el informe.
Industrias
Con relación a los fondos marinos lindantes con Acerinox y Central Térmica, en Los Barrios, se destacan las elevadas concentraciones de metales pesados, el polvo procedente de la acería (incluido el níquel, conocido agente cancerígeno para las personas), la acumulación de cenizas a pocos metros de la playa y los frecuentes vertidos hacia la playa de Palmones y al río Guadarranque.
La playa en los aledaños de la refinería CEPSA, en San Roque recibe esta bandera negra por los vertidos industriales de la refinería hacia las playas de Puente Mayorga y Guadarranque, por los hidrocarburos mezclados con la arena en un frente de 2 kilómetros de playa, las reiteradas denuncias administrativas y judiciales contra CEPSA por vertidos industriales e hidrocarburos de buques y los a criterio de los ecologistas frecuentes derrames de hidrocarburos de las gabarras gibraltareñas.
El litoral gibraltareño vuelve a ocupar un lugar destacado. Se refieren un año más al bunkering, gasolineras flotantes fondeadas en la Bahía y al trasiego de hidrocarburos se hace de un barco a otro para evitar el pago de impuestos. Se estima que se traspasan 5 millones de toneladas de combustible al año de esa forma. Como consecuencia se producen derrames continuos de hidrocarburos ocasionados por estos barcos. Asimismo recuerdan que todas las aguas residuales urbanas se vierten sin depurar.
Análisis periódicos
Desde la creación de Ecologistas en Acción esta organización viene otorgando una especial atención a la conservación del litoral y de sus ecosistemas. Por ello en 1999 se inició la elaboración anual del informe Banderas Negras, que de forma periódica analiza la situación de los diferentes tramos del litoral detectando las diferentes actuaciones humanas que están provocando su deterioro o destrucción.
Entre los principales objetivos de este informe está el ofrecer una información rigurosa a la ciudadanía del estado ecológico en que se encuentran los diferentes tramos de costa, destacando las actuaciones que mayor impacto ambiental han generado. Los ecologistas requieren a través de sus estudios a las diferentes administraciones competentes (ayuntamientos, Comunidades Autónomas y Ministerio de Medio Ambiente especialmente) un mayor compromiso con la conservación de las costas y que pongan fin a la degradación ambiental del litoral.
Recibir una bandera negra supone haber llevado a cabo una actuación con impactos irreversibles en los ecosistemas o recursos costeros y marinos.