Las medidas de seguridad preventivas volvieron a fallar, como ya tantas veces ha ocurrido en la bahía
El vertido de fuel que ha realizado esta semana en la Bahía de Algeciras el buque liberiano HMS Shenzhen ha demostrado una vez más que los sistemas de seguridad marítimos que se utilizan en esta zona de navegación no son los idóneos y que una vez tras otra fallan. En la larga lista de naufragios e incidentes marítimos en aguas de la Bahía del Estrecho en los últimos cinco años: enbarrancamientos en la Punta de San García; colisiones de buques en aguas del entorno de Gibraltar; o esta vez por ejemplo en una fallida maniobra de entrada en un dique seco; en todas, las medidas de seguridad fallaron.
Es cierto que el transporte marítimo, sector que genera la gran riqueza de esta comarca y de la bahía por otra parte, es el transporte más seguro de todos, por delante con mucha diferencia de la carretera, el tren o la aviación; pero también es cierto que cuando ocurre un incidente la mayoría de las veces sus consecuencias son desastrosas para el medio ambiente.
Por otra parte, también es justo aplaudir los sistemas de reacción programados ante estas contingencias y sobre todo el Plan Territorial de Emergencias que se ha aplicado en este caso. Desde el primer momento que se tuvo certeza de la magnitud del vertido, la operación de contención y de limpieza está funcionando como un reloj. La Junta ha dispuesto enseguida en la zona de actuación del personal y de los medios necesarios para combatir y controlar el vertido. De esta forma, la exigencia del Partido Popular de instalar un Centro Integral de Salvamento Marítimo en la bahía actualmente es innecesaria ya que como se demuestra en la realidad, los mecanismos actuales en este sentido son eficaces.
De esta forma, la reflexión que debe hacerse ante este nuevo desastre es que lo que verdaderamente está fallando una y otra vez en esta bahía son las medidas de seguridad iniciales preventivas respecto al movimiento de buques. Sobre este aspecto es donde las administraciones deben corregir fallos y depurar responsabilidades para conseguir ese ansiado cien por cien de efectividad.