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Cáncer, la otra 'pandemia' para la que aún no hay vacunas

A la necesidad de acabar con las desigualdades al abordar el cáncer se suma una circunstancia agravada por la pandemia del coronavirus

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  • Conchi Fernández junto a la psicóloga de la AECC, Itziar Flores, ante la sede de la AECC en Jerez. -

Si hay un término que, al ser pronunciado por un profesional sanitario, puede cambiar tu vida en un instante, en una fracción de segundo, el tiempo que tarda en decirlo, esa palabra es, sin lugar a dudas, cáncer.

Este 4 de febrero se conmemoraba el día mundial de la lucha contra el cáncer; una jornada que, en otras circunstancias, hubiera sido festejada con multitud de actividades. Sin embargo, este año desde la Asociación Española Contra el Cáncer, a pesar de haber hecho su campaña de forma online debido a las restricciones motivadas por la crisis sanitaria, su mensaje ha calado más que nunca entre la sociedad.

Si el eslogan del año pasado consistía en visibilizar la palabra cáncer para que dejase de ser un tabú, en 2021 han querido pedir un gran acuerdo para eliminar desigualdades, porque, como dice la presidenta de la AECC en la delegación de Jerez, Conchi Fernández, “el cáncer es igual para todos, pero no todos son iguales frente al cáncer, y aquí entran factores como la pobreza o la soledad, entre otros”.

Ejemplo de ello podemos encontrarlo en las diferencias existentes entre cada comunidad autónoma, regiones en las que un cribado de colon alcanza una cobertura del 100% y otras en las que no, o la terapia psicológica donde en su mayoría resultan insuficientes para los pacientes oncológicos, por no hablar de si la persona afectada por cáncer tiene que desplazarse a otra ciudad para tratarse.

El problema continúa cuando la crisis sanitaria agrava toda esta situación y la hace aún más insostenible, dando como resultado que los pacientes terminen sufriendo dos pandemias; la del covid-19 y la del cáncer.

Itziar Flores es la psicóloga de la delegación de la AECC, la cual no ha dejado ni un sólo día de atender a los usuarios, ya fuera a través del teléfono, por videollamadas o en el centro, teniendo incluso más volumen del habitual,  y es que ella sabe perfectamente cómo ha afectado el coronavirus a pacientes oncológicos. “Nosotros sabemos que el diagnóstico de cáncer siempre tiene un gran impacto psicológico, pero a raíz de la pandemia ese impacto emocional ha aumentado hasta el punto de que el 80% desarrolla miedo al contagio, y en diciembre un 40% de los pacientes había desarrollado sintomatología depresiva y/o ansiosa”.  En cuanto al impacto social, casi un 20% de la población con cáncer había visto empeorada gravemente su situación económica.

Además, la AECC en la provincia de Cádiz logró atender en 2020 a 1.351 personas, lo que supusieron un total de 5.799 sesiones tanto psicológica como de fisioterapia. Todo ello ha supuesto también un gran reto para la delegación, “ha sido un cambio rápido y dinámico para poder ayudar a pacientes oncológicos, pero también estamos contentos con el resultado que ha sido el de una continúa adaptación y digitalización. También nos ha hecho llegar a sitios que quizás antes no llegábamos como a personas de la zona rural o la sierra”, señala Itziar Flores.

Quienes han resultado más fundamental que nunca, han sido los voluntarios de la AECC, que se han encargado además de realizar un acompañamiento telefónico a pacientes y todo lo que estuviera en sus manos.

Lo que más preocupa ahora es el retraso en los diagnósticos, y es que durante el confinamiento uno de cada cinco pacientes no han sido diagnosticados o se han diagnosticado tarde.

“Es cierto que quizás ahora entre que se diagnostica y comienza el tratamiento pueden darse espacios de tiempo que antes no se daban, y que esto genere incertidumbre, inquietud o ideas negativas anticipadas, porque creen que durante ese tiempo empeorarán, pero ahí estamos nosotros, para ayudar a gestionar esas ideas”, explica Itziar.

“Tanto yo como mi mujer hemos pasado por un cáncer. A ella le diagnosticaron hace dos años un cáncer de mama, la operaron y ahora tenía que seguir yendo a revisiones, pero nos da miedo ir al hospital porque ya somos muy mayores. En mi caso, llevo años liado con médicos, y es que me he operado cinco veces de un cáncer de vejiga y tengo que ir a terapia cada cierto tiempo, pero ahora prefiero no tener contacto con nadie no vaya a ser que me contagie. Aún en esta situación, me llama el médico siempre y me pregunta cómo vamos”, cuenta Eugenio Rodríguez, que este mes cumplirá los 82 años y lo acompañará su mujer de 78 años. Esa es la realidad del sector más vulnerable de estas dos pandemias; las personas mayores.

Un año en el que casi todo ha parado, menos el cáncer que sigue. Por eso desde la AECC piden que no se vean reducidas las ayudas y la investigación para frenar el cáncer.

La población oncológica se ha sentido olvidada durante la pandemia

Lo que quizás también vuelva más vulnerable al paciente oncológico, tal y como dice Conchi Fernández, son las revisiones telefónicas. “No es lo mismo tener una revisión presencial con tu oncólogo que cuando le ves la cara ya sabes si te va a dar una buena noticia o no, y te quedas tranquila, a una consulta por teléfono, porque eso no te tranquiliza”. Y no es que no se hayan realizado estas pruebas, es que se han llevado a cabo de forma diferente, pero la población oncológica se ha sentido olvidada.

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