La Virgen del Dulce Nombre cumplía este 2024, 100 años de su hechura, razón por la que la vimos el pasado Martes Santo con una impronta algo especial, alejada de los cánones estéticos que llevaba siguiendo en los últimos años.
Sobre eso le hemos preguntado a su vestidor, José Antonio Grande de León, quien ha asumido que “entiendo que la gente pida que la Virgen del Dulce Nombre se presente más veces así en su palio, era belleza y yo siempre he dicho que a la Virgen siempre le falta hablar, su mirada hablar”, añadiendo el vestidor y bordador que “curiosamente se dice que la Virgen iba más destapada, cuando es justo lo contrario, va mucho más tapada, pero es el efecto que hace, favoreciéndole mucho a la Virgen porque lleva la mantilla de una forma muy natural”
Cuando es preguntado por la idea y por cómo surge la misma, Grande de León asume que se realiza de esta manera “porque se decide vestirla así para el Quinario y gustaba tantísimo que la gente nos paraba para decirnos que la vistiésemos así en el palio y era el año para hacerlo porque a lo mejor no tenía sentido hacerlo el año que viene”.
En la mente de los cofrades está el poder volver a ver a la Virgen del Dulce Nombre presentada de esta manera, explica que “más asiduamente sí. Se podría hacer cada cierto tiempo, pero ella tiene su estilo y su línea, más allá de la de este año y cada cierto tiempo sí que se podría hacer”.
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