Lince está en el sofá, leyendo un cómic de Beto el Recluta.
—¿Adónde vas tan arreglada? —me dice.
—A la mani contra soltar a la Manada. Y tú deberías venir conmigo.
Lince se tapa la cara con el tebeo: "Ése no es mi problema".
—Cuando vuelva —le digo— quiero tener preparada la cena. Así que levanta el culo del sofá y haz algo mientras.
No se inmuta. Le digo antes de salir:
—¿Qué pensarías si A MÍ me ataca una manada?