Agentes de la Policía Nacional han detenido en Málaga a una mujer, de 33 años, y a su pareja, de 27 años, por
simular el robo con violencia en un comercio de compraventa de oro en el que ella trabajaba. El
botín sustraído ascendería a 31.000 euros, entre joyas, efectivo y lingotes de oro, y algunas piezas fueron encontradas en el registro efectuado en el domicilio.
Según han informado desde la Comisaría provincial, la mujer trabajaba en la empresa como dependienta y realizó una llamada al CIMACC 091 en la que
manifestaba que acababa ser víctima de un atraco; por lo que se desplazaron hasta el lugar varios efectivos policiales que no consiguieron localizar en las inmediaciones al presunto autor.
Según han explicado en un comunicado, durante la investigación los agentes
encontraron "incongruencias", tanto en las declaraciones prestadas por la dependienta, que modificó; como en su proceder, ya que tuvieron conocimiento que días después del atraco había adquirido una motocicleta que abonó en efectivo. Todo eso hizo dudar a los investigadores de la veracidad de los hechos denunciados.
La intervención policial
partió del aviso de la víctima y trabajadora de un comercio de compraventa de oro sobre un atraco en Málaga capital. Las patrullas comisionadas al lugar, una vez entrevistadas con la mujer, realizaron las primeras actuaciones para localizar en las inmediaciones al autor con la descripción que esta facilitó, pero las gestiones fueron infructuosas.
La
investigación llevada a cabo por el Grupo de Atracos de la Comisaría Provincial de Málaga se inició el
pasado mes de noviembre, al tener conocimiento del robo con violencia e intimidación con arma blanca y los agentes realizaron una reconstrucción de los hechos.
Así,
encontraron las primeras diferencias entre las declaraciones de la víctima, donde manifestaba que al realizar el cierre del comercio e introducir un cartel publicitario, habría sido asaltada por un encapuchado que esgrimía un arma blanca, solicitándole las joyas de los expositores así como la recaudación de la caja fuerte.
La misma trabajadora
apelaba a un problema de suministro eléctrico --hecho que la dirección desconocía-- por lo que de motu proprio apagaba los diferenciales, dejando la sala donde se ubicaba la caja fuerte a oscuras y sin red al sistema de videovigilancia de la empresa. Este hecho levantó las sospechas en los agentes, dudando sobre cómo pudo sustraer el autor el botín si el lugar se encontraba totalmente sin luz.
Durante el desarrollo de la investigación policial, los agentes también tuvieron conocimiento que, tras los hechos, la
supuesta víctima del atraco y su pareja habían adquirido una motocicleta que abonaron en efectivo.
Por todos estos extremos, los responsables de la investigación llegaron a la determinación de que
estarían ante una simulación de delito, donde la empleada y su pareja –-trabajador temporal en el comercio en época estival-- supuestamente habrían organizado la perpetración del hecho, saqueando un total 31.000 euros entre joyas, efectivo y lingotes de oro.
Finalmente, ambos fueros detenidos por su
presunta implicación en un delito contra el patrimonio y simulación del delito. Durante el registro efectuado en su domicilio, los agentes recuperaron varias piezas de joyería que formaban parte de los efectos denunciados como sustraídos en el establecimiento de compraventa de oro.