Las posturas entre la plantilla y el Ayuntamiento siguen muy enfrentadas, pero el alcalde aseguró el domingo por la noche, tras culminar sin acuerdo la última reunión con el comité, que seguía dispuesto a seguir negociando a lo largo de esta tarde.
La huelga de carácter indefinido, a sólo veinte días para el inicio de la Semana Santa que congrega en la ciudad a millones de turistas, establece unos servicios mínimos de recogida de residuos del 50 por ciento en el centro histórico y del 40 por ciento para el resto de los barrios de la capital.
La convocatoria de esta huelga es la tercera en dos años. La ciudad ya se enfrentó a cuatro días sin recogida de basuras el 20 de diciembre del 2013, lo que dejó acumuladas en las calles de la ciudad unas 1.600 toneladas de basuras. Poco antes de la Nochebuena de aquel año, empresa y trabajadores llegaron a un acuerdo que establecía recortes salariales para la plantilla. Precisamente ese acuerdo ha sido la causa de los posteriores conflictos.
A las puertas de la pasada Navidad, el 14 de ciembre del 2015, otra nueva convocatoria de huelga sobrevoló la ciudad. Los trabajadores decidieron descovocar la protesta unas horas antes tras conocer una sentencia del Juzgado de lo Social número 8 de Málaga que aceptaba la demanda sindical y establecía que los acuerdos del 2013 no tenían rango de convenio.
En estos dos últimos meses las dos partes han intentado negociar sin éxito las condiciones del nuevo convenio colectivo, pero las posiciones siguen muy enfrentadas. Los sindicatos exigen recuperar la paga de productividad, los descansos de fin de semana o disfrutar al completo las vacaciones en verano, entre otras peticiones, y establecer estos mínimos para el nuevo convenio.
El último intento negociados para evitar la huelga se produjo este domingo. El alcalde elevó la oferta de la empresa hasta ampliar a ocho meses los descansos de fin de semana y establecer una paga de productividad de 867, 91 euros por trabajador (el comité quiere 1.400 euros). Una oferta "muy ambiciosa y generosa" en palabras de Francisco de la Torre, que fue rechazada.