Marco Osorio Ritter es un joven marbellí que tomó relevancia al realizar un vídeo de apoyo a Pablo Ráez, el deportista paisano suyo que ha necesitado dos trasplantes de médula para superar la leucemia que lo ha tenido tanto tiempo enfermo. Un vídeo realizado en Chennai, la localidad de la India donde ha realizado sus prácticas de cooperación, un paso trascendental en su vida, que relata para Viva Málaga: “Soy estudiante de un Máster en Desarrollo y Cooperación Internacional en la Universidad del País Vasco, en Bilbao que tiene un programa con un año de curso académico y unas prácticas de cooperación, que te puede buscar la propia Universidad o que puedes planificarlas tú mismo. En mi caso, me puse en contacto con Alboan, una ONG de Bilbao, y tras una primera toma de contacto, me ofrecieron la posibilidad de irme a un proyecto a la India. Yo buscaba ir a África, ya que nunca había estado por allí, pero la opción de ir a la India también me gustaba, ya que había estado allí varias veces de pequeño y era una oportunidad para continuar una historia que sentía inacabada, ver a amigos y tener una experiencia más profunda inmerso en la cultura y la vida del país”.
Conocer un país tan diferente como la India te abre la mente y el corazón. Te ayuda a comprender mejor qué pasa en el mundoMarco de regreso a su tierra el día nueve de este mes, relata algunas de las tareas realizadas en el país asiático: “Trabajé en una ONG local, con la que ALBOAN colabora, que se llama Social Watch-Tamilnadu (SW-TN) que trabaja sobre todo en la investigación de los presupuestos públicos del Estado de Tamilnadu, las partidas presupuestarias ligadas a los sectores más marginados de la sociedad india, es decir: dalits ("intocables" o fuera del sistema de castas), indígenas, mujeres, niños, pequeños pescadores, transexuales... Además de investigar, utilizan ese conocimiento para transmitirlo a dichos grupos sociales mediante reuniones con esas personas o con organizaciones que trabajan específicamente para ellas en Tamilnadu”.
Quizás, lo más importante, después de este periplo por el otro lado del mundo es lo que le ha aportado tanta experiencia: “Este tipo de experiencias aporta madurez en cuanto a que descubres que no se necesita tanto para ser feliz, más bien lo contrario, cuánto menos necesites más feliz serás en cualquier situación. Por otro lado, vivir en una cultura tan diferente te ofrece la oportunidad de descubrir muchas cosas nuevas, algunas buenas y otras no tan buenas, pero de las que siempre se puede aprender. Esto, en mi opinión, te hace más comprensivo con la diversidad tan rica que existe en el mundo”.
Por eso anima a vivirla: “Conocer un país tan diferente como la India te abre la mente y el corazón. Te ayuda a comprender mejor qué pasa en el mundo y a ver las cosas de otra manera. Hacer una experiencia en el "Sur" es algo que nadie debería perderse”.
Y recalca el valor de ayudar al otro: “La cooperación no es hacer un donativo al mes, al año o una vez en la vida y quedarte tan tranquilo. La cooperación empieza desde que te levantas y termina cuando te acuestas. Cada acción que hagas puede contribuir de forma positiva o negativa a un mundo más justo y más humano. Nada cambiará si donas dinero a una ONG y luego haces tus compras en una empresa que no trata bien a sus trabajadores y los explota. Nada cambiará si firmas un manifiesto a favor de las energías renovables y luego coges el coche para ir al gimnasio, y en vez de subir las escaleras, utilizas el ascensor. Nada cambiará si le das limosna a un mendigo pero ni siquiera le miras a los ojos, le das la mano y le dices "buenos días". Si quieres ayudar a crear un mundo mejor, empieza por cambiarte a ti. Revisa lo que compras y dónde lo compras; camina, coge la bici, sube las escaleras, ahorra energía; mira a los ojos, siente, comunícate, abraza. Y sí, colabora económicamente o voluntariamente con alguna ONG si puedes hacerlo, pero recuerda, lo más importante está en ti y en todas las acciones que haces. Sólo así el mundo estará cambiando”.
