No podía ser otro que el Pabellón de los Guindos el escenario que acogiera este mágico fin de semana el ascenso a Liga Femenina 2 de un equipo que llevaba años de lucha y esfuerzo, como el Asisa Alhaurín de la Torre.
Sobre el parqué, además de un conjunto alhaurino invicto en esta fase de ascenso, también demostró Unicaja que no piensa tardar mucho en seguir el mismo camino para competir en la segunda categoría nacional ya que se colocaron segundas tras vencer a los dos conjuntos canarios con su característico juego intenso y de transición rápida.
Ayer dieron la sorpresa y derrotaron al máximo favorito, el Adareva por 60 a 50. De este modo, y tras una década sin presencia de equipos malagueños en las máximas categorías del baloncesto femenino español, las jugadoras del Asisa Alhaurín volverán a llevar a la provincia malagueña al sitio que le corresponde logrando ayer su tercer triunfo al derrotar al Náutico Tenerife por 68 a 48.
El conjunto dirigido por Francis Trujillo realizó una fase de ascenso impoluta con las ideas muy claras y disfrutando. Supieron vencer el viernes a Unicaja (47-60) -ya lo habían logrado en la final que les dio el título de campeonas en la Primera Nacional Andaluz-.
El hueso duro lo tuvieron el sábado con el partido ante el Adareva en el que rascaron el triunfo por un punto (57-56). Por su parte, Unicaja ganó de forma contundente al Náutico Tenerife (85-49).
De este modo, “el baloncesto femenino de Málaga reivindica su sitio y lo que parecía un sueño difícil de lograr se hizo realidad”, subrayó la exjugadora del Alhaurín Ana Mingorance.
Por su parte, Diana Rosagro, nueva incorporación esta temporada al conjunto alhaurino, insistió en que contra todo pronóstico hemos conseguido el ascenso”. La murciana destacó como claves de este resultado que “no teníamos presión e ibamos a disfrutar del momento” porque esto no era el objetivo, “que se centraba en poder entrenar diez jugadoras un viernes”, bromeó tras la clasificación.