Con la ropa en bolsas y mochilas, así es como ha tenido que abandonar Rosa la vivienda de Carretera de Cádiz en la que vivía de alquiler junto con sus tres hijos desde hace tres años. El mayor es José Manuel, tiene 22 años y una discapacidad del 88 por ciento; la mediana Rosa tiene 19 y Yanavha 13 años, ambas están estudiando. Una mañana en la que han vuelto a cambiar los libros por maletas, es el cuarto desahucio por el que pasa esta familia monoparental.
La madre también está enferma, así, ha indicado que sufre fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, se trata de una afección caracterizada por la presencia de dolor crónico musculoesquelético generalizado, que suele coexistir con otros síntomas, fundamentalmente fatiga y problemas de sueño, entre otros síntomas.
Sin embargo, desde la Seguridad Social no le reconocen la incapacidad laboral por considerar que las lesiones que padece “no alcanzan un grado suficiente” y por “no reunir el periodo mínimo de 15 años de cotización”, según la resolución de dicha entidad.
“He echado tres veces los papeles para la incapacidad”, ha recordado Rosa, quien está en proceso de reclamar la tercera resolución ya que en esta última ocasión “se han basado en la documentación que tenía antes de que me recetasen la morfina”, ha reclamado. Asimismo, ha puesto de ejemplo que llevaba, en el momento del desahucio, “75 microgramos de morfina, más las pastillas de morfina, para la taquicardia, etcétera”.
Del mismo modo, ha resaltado que toma “unas cinco pastillas en primer lugar, otras seis ocho horas después y otras cinco a las ocho horas siguientes”, añadiendo que “la morfina hace que no esté lúcida, estoy drogada”.
Una enfermedad que le obligó a dejar de trabajar hace dos años, ha indicado: “Era publicista, tenía una empresa, hasta que vino la crisis. He estado trabajando de lo que me ha salido, en una residencia, limpiando gradas en el Martín Carpena, pero ya no puedo”, ha incidido haciendo referencia su enfermedad.
A todo ello se suma que Rosa es víctima de violencia machista. “Tengo tres maltratadores: el primero es el padre de los dos mayores; el segundo es el padre de la pequeña; y el tercero es un hombre con el que estuve siete años, paliza tras paliza, pero es que no tenía donde ir, es mentira que por violencia de género te dan ayudas”, ha señalado.
Esta madre ha asegurado que denunció a estos tres maltratadores. “Erosión, hematoma en la frente y nariz, lesión sangrante”, son los golpes que recibió Rosa, según se puede leer en uno de los informes de urgencias al que ha tenido acceso Viva Málaga, “con esto fui a denunciar”, ha subrayado.
Actualmente Rosa cobra una pensión de 500 euros por protección familiar, ha afirmado, mientras que el alquiler del piso en el que residían era de 450. Este es el único ingreso de esta familia, “Por la dependencia de mi hijo no cobro nada, porque es o cobrar 500 de la protección o cinto y pico que le dan a él, son excluyentes”, ha lamentado.
En referencia a ello, ha revelado que el padre de los niños “no me pasa ninguna pensión, se ha desentendido completamente”, añadiendo que el impago de la manutención “está denunciado por vía penal, pero no se cumple”.
Por otra parte, ha manifestado que lleva solicitando una vivienda social desde el 1998, “si no han sido 20 veces, no ha sido ninguna”. “La he pedido por violencia de género, por riesgo de exclusión social, por discapacidad, por familia numerosa especial y ahora ya por último por dependencia”, ha enumerado.
“No tienen en cuenta a los niños, cada vez que nos desahucian pasan por una… ahora mismo están en shock”, ha lamentado, alegando que por los tres desalojos que han pasado han cambiado de casa, “pero ya no tengo fuerzas para otro más”. “Nadie me va a alquilar porque no trabajo, ni tengo a nadie que me avale ¿me voy a otro piso que no puedo pagar y otro desahucio dentro de tres o cuatro meses?”, ha preguntado,
El desenlace
Tras más de una hora desde que estaba programado el lanzamiento, a las 10 de la mañana de hoy, Rosa y sus tres hijos han tenido que guardar lo necesario en bolsas y mochilas y abandonar la vivienda. La solución dada desde los Servicios Sociales es un hostal. De ahí está previsto, según ha informado el portavoz de Adelante Málaga, Eduardo Zorrilla, que les asignen un inmueble transitorio de emergencia, mientras se les concede la vivienda social, ya que se encuentran dentro de la lista preferente de personas en riesgo de exclusión social.
En dicha lista se encuentran otras 1.800 familias, ha manifestado Zorilla, y otras 20.000 personas inscritas como demandantes de una vivienda en Málaga.