Las críticas al aborto, calificado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, como una de las “lacras más terribles” de la sociedad actual, fueron uno de los mensajes centrales de la Misa por la Familia celebrada ayer en la madrileña plaza de Colón, aplaudidas por los asistentes al acto.
A esta celebración, organizada por el Arzobispado de Madrid y movimientos eclesiales, asistieron decenas de miles de fieles que no pudieron escuchar en directo el mensaje del Papa Benedicto XVI desde el Vaticano en las pantallas habilitadas para ello porque la Televisión Vaticana pisó su voz con la de sus comentaristas.
El mensaje que dirigió el Papa en el tradicional rezo del Ángelus en castellano fue leído posteriormente por Rouco al iniciar su homilía a los fieles congregados en Madrid y, al final de la misa, transmitido transmitido en diferido.
Los organizadores han cifrado en un millón de personas los asistentes, como habían indicado en sus previsiones, a esta ceremonia religiosa, que fue concelebrada por 5 arzobispos, 22 obispos y más de 300 sacerdotes bajo el lema “La familia, gracia de Dios”.
Desde primeras horas de la mañana la zona había sido cortada al tráfico para facilitar la llegada de los fieles, la mayoría familias con niños que desafiaron las bajas temperaturas, a la madrileña plaza de Colón, en la que cerca de 3.000 voluntarios colaboraron en el desarrollo de la celebración litúrgica.
La imposibilidad de escuchar el mensaje en castellano de Benedicto XVI durante la conexión en directo fue combatida por los congregados con vivas al Papa.
Durante su homilía, el cardenal arzobispo de Madrid aseguró que “estremece el hecho y el número de los que son sacrificados por la sobrecogedora crueldad del aborto, una de las lacras más terribles de nuestro tiempo tan orgulloso de sí mismo y de su progreso. Ellos son los nuevos Santos Inocentes”, palabras que fueron acogidas con aplausos por los asistentes.
Muchas son las dificultades de toda índole, económicas, sociales, jurídicas y culturales, morales y espirituales, pero los matrimonios, afirmó Rouco, deben vivir su unión como “lo pide la voluntad de Dios” aunque eso suponga “un reto formidable”.
“La cultura del relativismo egoísta, del interés y de la competencia de todos contra todos, y la cultura de la muerte son muy poderosas. El lenguaje de la creación es claro e inequívoco respecto al matrimonio: un varón y una mujer, el esposo y la esposa que se aman para siempre y ¡dan la vida!”, reiteró.
Durante la misa hubo también un recuerdo para las víctimas del accidente de avión en Barajas a cargo del sacerdote Manuel González, quien pidió asimismo que la solidaridad presida estos tiempos de crisis económica, que acabe el terrorismo y el maltrato en los hogares.
A la eucaristía asistieron, además de Rouco, el cardenal primado de Toledo y el de Valencia, los arzobispos de Oviedo, Granada y Santiago y otros 19 obispos y 8 obispos auxiliares, según los organizadores.
Entre los fieles congregados se encontraban, a título particular, cargos del PP como Jaime Mayor Oreja o Vicente Martínez Pujalte.
Los cardenales de Barcelona y Sevilla, Lluis Martínez Sistach y Carlos Amigo, respectivamente, además del obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, vicepresidente de la Conferencia Episcopal, presidieron sus propias eucaristías de la familia en sus diócesis.
En cuanto a las incidencias, el Samur atendió a 23 personas, todas por cuestiones leves, como mareos y caídas, aunque en cinco casos se optó por el traslado a un centro sanitario por precaución.
EL PAPA PIDE A LOS REUNIDOS QUE NO DESVIRTÚEN LA FAMILIA
El Papa Benedicto XVI dirigió ayer, en el tradicional rezo del Ángelus, un mensaje en castellano a los miles de fieles congregados en Madrid en el que les pidió que no dejen que “el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables” que unen su hogar se “desvirtúen”.
“Dirijo un cordial saludo a los participantes que se encuentran reunidos en Madrid en esta entrañable fiesta para orar por la familia y comprometerse a trabajar en favor de ella”, dijo el Santo Padre desde el balcón de su habitación en San Pedro del Vaticano, un mensaje que, sin embargo, no pudieron escuchar los asistentes a la Fiesta de la Sagrada Familia porque la Televisión Vaticana desconectó la señal en directo del Papa para dejar paso a sus comentaristas.
“Queridas familias, no dejéis que el amor, la apertura a la vida y los lazos incomparables que unen vuestro hogar se desvirtúen. Pedídselo al Señor, orad juntos, para que vuestros propósitos sean iluminados por la fe y ensalzados por la gracia divina en el camino hacia la santidad”, continuó.
“De este modo, con el gozo de vuestro compartir todo en el amor, daréis al mundo un hermoso testimonio de lo importante que es la familia para el ser humano y la sociedad”, dijo Su Santidad.