Cinco personas han muerto este sábado en el norte de Líbano por el impacto en la zona de obuses lanzados por el Ejército sirio, según han denunciado los residentes del área sobre la que han producido los disparos. Los bombardeos han tenido lugar en aldeas fronterizas en las que se habrían refugiado insurgentes sirios.
Los testigos de la zona de Wadi Jaled han explicado que, alrededor de las dos de la mañana, comenzaron a caer los primeros proyectiles de mortero sobre granjas localizadas a entre cinco y 20 kilómetros de la frontera. A mediodía de este sábado, seguían produciéndose explosiones, según los vecinos, que dan cuenta además de que se pueden escuchar tiroteos cerca de la frontera.
En la aldea de Al Mahatta una vivienda ha quedado destruida y en ella ha fallecido una menor de 16 años. Dos niños de dos y cuatro años de edad de su misma familia han quedado heridos, han informado otros familiares en declaraciones a Reuters. Una mujer de 25 años y un hombre han muerto en pueblos vecinos.
Además, dos beduinos han fallecido en la aldea de Hishe, ubicada junto a un río que sirve de frontera entre Líbano y Siria, por el impacto sobre su tienda de dos proyectiles de lanzagranadas disparados desde Siria.
El Ejército libanés por el momento sólo ha podido confirmar el fallecimiento de Wadi Jaled y que ha habido numerosos impactos en Líbano de proyectiles sirios. El presidente libanés, Michel Suleiman, ha publicado un comunicado en el que lamenta estas muertes y se compromete a impulsar una investigación al respecto.
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