El Departamento de Justicia de EEUU anunció hoy un acuerdo con Standard & Poor's (S&P) por 1.375 millones de dólares, como resultado de la investigación civil sobre el papel de esa agencia en la manipulación de la calidad crediticia de activos financieros respaldados por hipotecas basura.
"S&P se involucró en una maquinación para defraudar a los inversores conscientemente al inflar las calificaciones de crédito de los activos que disfrazaban su solvencia y sus riesgos", aseguró el fiscal general estadounidense, Eric Holder, al anunciar el acuerdo.
La actuación de la agencia calificadora hizo que esos inversores, "incluidos muchas instituciones financieras con garantías federales, perdiesen miles de millones de dólares", indicó Holder.
El fiscal general subrayó que, aunque "esta estrategia pudo haber ayudado a S&P a evitar molestar a sus clientes, sí que provocó un daño enorme a la economía en general y contribuyó a la peor crisis financiera desde la Gran Depresión".
Mediante el pacto alcanzado, la agencia calificadora abonará 687,5 millones de dólares al Departamento de Justicia y otros 687,5 millones se los repartirán 19 estados de EEUU y el Distrito de Columbia.
Además, otros 125 millones de dólares serán destinados a una agencia que gestiona las pensiones y servicios de salud de los empleados públicos de California.
La cifra resulta algo menor que lo solicitado en un principio por la Justicia estadounidense, que había pedido en compensaciones solo para ese departamento mil millones de dólares, sin contar las cantidades para los estados.
Holder insistió en que este tipo de actuaciones "no serán toleradas" por el Gobierno estadounidense.
Asimismo, el fiscal general subrayó que "las evaluaciones de riesgo de S&P estuvieron afectadas por significativos conflictos de interés, y sus acciones estuvieron motivadas por su deseo de aumentar sus beneficios y cuota de mercado para favorecer los intereses de sus clientes en lugar del de los inversores".
Con este acuerdo se cierra el litigio civil abierto por el Departamento de Justicia en 2013.
Se trata de la primera gran sanción a una de las agencias de calificación por la crisis de 2008 ya que, hasta ahora, las multas se habían concentrado en los grandes bancos de Wall Street, que han pagado en conjunto más de 40.000 millones de dólares por su papel a la hora de empaquetar y vender estos activos de alto riesgo.
S&P, junto a sus principales rivales Moody's y Fitch's, se reparten casi el 95 % del mercado de calificación crediticia mundial y desempeñaron un papel fundamental a la hora de garantizar la calidad financiera de unos activos que luego se probó apenas tenían valor.
Tras anunciar el acuerdo, la firma McGraw Hill, matriz de S&P Financial Services, indicó que estas sanciones serán asimiladas en la cuenta de resultados del cuarto trimestre de 2014, que se prevé sea divulgado el próximo 12 de febrero.
Ambas partes indicaron que el pacto tenía como "objetivo evitar el retraso, la incertidumbre, la inconveniencia y los gastos de litigios adicionales".
Después de conocerse la decisión, los títulos de McGraw Hill registraban un avance del 2,90 % en Wall Street cerca de la media jornada, en una día de ganancias generalizadas en el mercado neoyorquino.