La canciller alemana, Angela Merkel, auguró este sábado que muchos de los refugiados que llegan a Europa regresarán a sus países cuando éstos estén en paz, en un acto de la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside y que se vio salpicado por las protestas de euroescépticos que pedían su dimisión.
"Esperamos que, cuando haya paz en Siria, cuando venzamos al Estado Islámico en Irak, ellos se volverán a su país con todo lo que habrán aprendido con nosotros", afirmó Merkel en un congreso de la CDU de Mecklenburgo-Antepomerania, preparatorio para los comicios regionales de ese "Land" del este del país.
Alemania está ahora brindándoles protección, de acuerdo a lo establecido en la Convención de Ginebra, añadió la canciller, quien apuntó que, al margen de las aspiraciones de integración en la sociedad alemana, para muchos será un estatus temporal.
Merkel recordó el caso de los refugiados que acogió Alemania en los años noventa, durante el conflicto de los Balcanes, y apuntó que un 70 % de los que entonces llegaron buscando refugio regresaron a su lugar de origen cuando terminó la confrontación.
La canciller y líder de la CDU aludió así a lo que entonces fue una cifra récord de peticionarios de asilo -438.000, en 1992-, y el 1,1 millones de refugiados llegados a Alemania en 2015, para trazar un paralelismo entre la evolución de esas migraciones.
El acto de Merkel en ese estado, donde ella pasó su infancia y juventud, sirvió para definir la estrategia de su partido de cara los comicios que tendrán lugar allí en septiembre.
La canciller participará también intensamente en la campaña para las regionales del 13 de marzo en otros "Länder" -Baden-Württemberg, Sajonia-Anhalt y Renania Palatinado- con el trasfondo de su caída de popularidad a causa del desgaste sufrido por la crisis de los refugiados y las grietas abiertas en su gran coalición.
Según un sondeo difundido ayer por el semanario "Focus", un 40 % de los alemanes considera que Merkel debe dimitir, frente a un 45,2 % que se pronunciaron en sentido contrario.
Unos 200 seguidores de la euroescéptica Alternativa para Alemana (AfD) exigieron hoy con gritos y pancartas su dimisión, apostados ante el recinto donde la CDU celebraba su congreso y aprovechando que este sábado tenían convocado un acto en la misma población.
La AfD aspira a capitalizar el voto de protesta en medio de la crisis de los refugiados y ha dejado de lado sus consignas iniciales contra el euro para adoptar tintes xenófobos.
Su líder, Frauke Petry, se ha pronunciado a favor de "hacer uso de las armas", en caso de extrema necesidad, contra los inmigrantes que crucen ilegalmente las fronteras.
"Ningún policía quiere disparar contra un refugiado. Yo tampoco. Pero, en una situación de 'última ratio', hay que hacer uso de las armas", afirmó Petry, en declaraciones que publica hoy el diario "Mannheimer Morgen".
La líder de la AfD aludió al caso de España, afirmó que las vallas más altas no han logrado detener a los inmigrantes ilegales y sostuvo que éstos "seguirán intentando" alcanzar Europa.
Ante la insistente pregunta de cómo debe actuar un policía si un refugiado se encarama a una valla y entra en territorio alemán, respondió que éste "debe impedir su ingreso ilegal, en caso de necesidad haciendo uso de su arma de fuego".
La AfD no obtuvo escaños en las generales de 2013, al quedar algo por debajo del listón del 5 %, el mínimo para obtener representación parlamentaria en Alemania.
Tras una fase algo agónica y en medio de trifulcas internas, el partido ha tomado brío y ahora los sondeos lo sitúan en un 11 %.