Las críticas del expresidente cubano Fidel Castro al viaje a Cuba del mandatario estadounidense, Barack Obama, demuestran que la visita tuvo su "efecto previsto" en el sentido de "aumentar la presión" para que el Gobierno de la isla mejore su respeto a los derechos humanos, dijo hoy la Casa Blanca.
"El hecho de que el expresidente se sintiera obligado a responder de forma tan contundente es una indicación del significativo impacto de la visita del presidente Obama a Cuba", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, en su conferencia de prensa diaria.
Earnest reaccionó así al artículo de Fidel Castro publicado hoy en los medios oficiales de la isla con el título de "Hermano Obama", y en el que asegura Cuba no necesita que "el imperio" le regale nada.
"Nos agradó mucho la recepción que (Obama) recibió del pueblo cubano, y la conversación que pudo tener con funcionarios cubanos", sostuvo el portavoz estadounidense.
Obama pudo "dejar claro" en privado y en público que "el compromiso estadounidense con los derechos humanos es sólido como una roca, y que eso va a cambiar", de una forma que "no habría sido posible si no hubiera hecho el viaje", agregó.
Earnest también destacó que dos periodistas estadounidenses pudieron hacer preguntas al mandatario cubano, Raúl Castro, sobre los derechos humanos en la isla durante una conferencia de prensa en La Habana.
"Estas son cosas que nunca han pasado antes, y creo que eso genera más presión sobre el Gobierno cubano. La respuesta del expresidente (Fidel Castro) es una indicación de que el viaje tuvo su efecto previsto", subrayó el portavoz.
Preguntado por si la Casa Blanca tiene previsto invitar a Raúl Castro a visitar Washington en los próximos meses, Earnest respondió que no está previsto de momento, porque EEUU considera que la visita de Obama a Cuba ya ha permitido hacer avances en varias áreas.
En sus reuniones en La Habana, Obama dejó claro además que para él es "una prioridad" que se avance en las negociaciones sobre justicia y extradición de fugitivos de ambos países, un tema que supone "verdadero factor de tensión" en la relación, según Earnest.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, respondió a las críticas de Fidel Castro al afirmar que "nadie esperaba" que la normalización de relaciones tras la "problemática" historia entre EEUU y Cuba fuera a ser "fácil o rápida".
"Fidel Castro puede hablar por sí mismo sobre la problemática historia entre EEUU y Cuba (...). Las políticas previas de los últimos cincuenta años no han funcionado, creemos que hay que comprometerse para tener finalmente relaciones normales con Cuba", indicó Kirby en su rueda de prensa diaria.
"Hemos reconocido que todavía hay diferencias, los derechos humanos son una de ellas (...). Pero creemos que el modo de solucionarlas es teniendo diálogo", agregó.
En su columna, Fidel Castro afirma que los cubanos corrieron "el riesgo de un infarto" tras escuchar al presidente de EEUU hablar de ambos países como "amigos, familia y vecinos", y mencionó el "bloqueo despiadado que ha durado 60 años" y la invasión de la Bahía de Cochinos en 1961.
El antiguo líder cubano, de 89 años y retirado del poder en 2006, analizó en su "reflexión" el discurso del presidente Obama, ofrecido el pasado martes al pueblo cubano durante su visita a la isla, la primera de un mandatario estadounidense en más de ocho décadas.