La India sufrió hoy el peor ataque a una base militar de la Cachemira en más de una década con un asalto de cuatro insurgentes a la de Uri, situada cerca de la frontera de facto con Pakistán, que ha causado la muerte de 17 soldados y dos docenas de heridos.
En el momento en que se producía un relevo de guardia durante la madrugada, los cuatro atacantes lograron penetrar en la base de Uri por una zona trasera de la instalación que aloja a un batallón de infantería a apenas unos kilómetros de la Línea de Control (LoC) que sirve de límite a Pakistán y la India.
El Comando Norte del Ejército indio indicó que los terroristas se colaron en la base "fuertemente armados" y atacaron una zona vulnerable de la instalación matando a 17 soldados.
El ataque se produjo en un momento en que parte del personal militar se preparaba para hacer el cambio de guardia y se encontraba en tiendas y alojamientos temporales en los que se produjo un fuego por causas aún no determinadas.
Ese fuego, de acuerdo con las primeras versiones, fue la causa de la muerte de varios de los soldados.
Además, al menos dos docenas de soldados han resultado heridos de diversa consideración, según dijeron fuentes militares no identificadas a medios locales.
Tras el ataque, efectivos del Ejército realizaron una operación de búsqueda para asegurar que no había más insurgentes ni se habían colocado dispositivos explosivos en la zona.
Esta es la operación insurgente más dura contra una base militar india en Cachemira desde el 14 de mayo de 2002, cuando tres insurgentes vestidos con uniforme bajaron de un autobús en un cuartel del Ejército indio en Kaluchar, y abrieron fuego indiscriminado matando a más de 30 personas, la mayoría militares y sus familiares.
El primer ministro indio, Narendra Modi, aseguró hoy en la red social Twitter que los responsables del ataque a la base de Uri serán perseguidos y castigados.
"Condenamos firmemente el cobarde ataque en Uri. Le aseguro a la nación que quienes están detrás de este despreciable ataque no saldrán impunes", indicó Modi.
El Gobierno de Modi y su cúpula de seguridad han mantenido varias reuniones desde primera hora de la mañana y el ministro del Interior, Rajnath Singh, ha cancelado el viaje que tenía previsto realizar a Rusia y Estados Unidos.
El ministro de Defensa, Manohar Parrikar, tiene previsto desplazarse en las próximas horas al cuartel atacado para conocer personalmente la situación sobre el terreno.
El ataque de hoy es el segundo contra una instalación militar este año en la India. En enero seis insurgentes asaltaron la base aérea de Pathankot, en el Punyab, en el norte de la India.
En esa incursión, que se produjo apenas días después de que Modi visitara al primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, en Pakistán, fallecieron todos los terroristas y siete personas causando además una veintena de heridos.
Ese incidente supuso entonces la congelación de los esfuerzos que habían venido haciendo ambos gobiernos para tratar de encauzar una relación siempre complicada desde el nacimiento de ambos países en 1947 con la partición del subcontinente indio.
En los últimos meses la relación entre los dos países ha ido empeorando paulatinamente, especialmente en las últimas semanas y después de que en la Cachemira india explotarán las protestas contra Nueva Delhi tras la muerte de un joven insurgente.
Como consecuencia de la violencia de las protestas y la represión de la Policía en los últimos dos meses y medio al menos 85 personas han muerto y más de 10.000 han resultado heridas, cientos de ellas con lesiones oculares, incluyendo ceguera total, como consecuencia de perdigones para contener a los manifestantes.
La India ha acusado reiteradamente a Pakistán de apoyar el "terrorismo transfronterizo" y de permitir y auspiciar el funcionamiento en su territorio de grupos terroristas que tienen como objetivo atacar objetivos indios y atizar las protestas entre la población cachemir.
Pakistán ha rechazado las acusaciones y asegura que no está detrás de las acciones terroristas hacia la India, agregando que las protestas obedecen al rechazo de la población cachemir a lo que consideran una "ocupación" india.
Cachemira, uno de los territorios más militarizados del mundo, es objeto de litigio por Pakistán y la India, que han librado por este territorio dos guerras y numerosos conflictos bélicos menores.