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El peor año en la historia del turismo de Turquía

"Game over". Así de gráfico se expresa un empresario local, operador de excursiones turísticas por el Bósforo

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  • Atentado en Turquía -

"Game over". Así de gráfico se expresa un empresario local, operador de excursiones turísticas por el Bósforo, al evaluar la caída del turismo en Turquía. "Cero. Se acabó", dice con resignación.

"Llevo 30 años en esta plaza, y he visto días mejores y peores, pero 2016 ha sido el año con menos turistas que recuerdo", asegura Ahmet, un vendedor de castañas que circula con su carrito entre Santa Sofía y la Mezquita Azul, en el corazón de Estambul.

Antes, las colas para visitar estos monumentos eran enormes, pero ahora apenas se vislumbra un autobús con turistas de aspecto asiático, y mucha policía, a veces con armas automáticas.

La caída del turismo en Estambul ha sido del 35 o 40 %, señala Müberra Eresin, la vicepresidenta de la federación de hoteleros de Turquía (Türob), en conversación con Efe, y el fenómeno se extiende a todo el país.

Las cifras del Ministerio de Cultura lo confirman: entre enero y noviembre, 24 millones de visitantes extranjeros entraron en Turquía, lo que hace prever unos 25 millones para todo el año, un tercio menos que en 2015 y 2014, ambos con 36 millones de viajeros.

Los ingresos han caído acorde: si los extranjeros aportaron ingresos de entre 19.000 y 21.000 millones de dólares en los primeros nueve meses del año entre 2013 y 2015, esta cifra ha caído a los 12.000 millones en 2016.

La causa es el miedo de los clientes, concuerdan todos. Los atentados cada vez más frecuentes de yihadistas y grupúsculos kurdos y el fallido golpe de Estado en julio pasado han dado una imagen de "país peligroso" a Turquía que ahuyenta a los turistas.

La mayor culpa la tuvo la asonada, afirma Eresin, porque masacres yihadistas hay en toda Europa, pero el golpe militar, pese a no causar víctimas entre extranjeros, transmitió un concepto de inestabilidad. "La gente no entendió lo que pasó", dice.

Lo contrario opina Gianluigi Baltazzi, representante en Turquía de la empresa de cruceros Celestyal Cruises.

"El golpe ha influido, pero solo con esto habría bajado un 10 %. Es el terrorismo. Son las bombas", asegura a Efe.

El negocio de los cruceros se ha visto afectado más que otras ramas, con una bajada del 40-50 % en 2016.

"Y en 2017 será un 80 % menos. Lo sabemos porque las rutas de buque se planifican con mucha antelación, no se pueden cancelar a última hora, como otros viajes", comenta Baltazzi.

No todos los clientes tienen miedo a visitar Turquía, explica el italiano, pero las empresas de cruceros "escuchan al cliente y deciden no ofrecer viajes que creen que no van tener demanda".

Müberra Eresin apunta la misma tendencia. "Donde más se ha notado es en los viajes organizados. Los clientes individuales también han cancelado, pero no tanto como los turoperadores", asegura.

De hecho, tres jóvenes chilenas que pasean por la plaza de Santa Sofía dicen haber venido por su cuenta, pese a la oposición de sus familiares.

"Nuestros padres no nos querían dejar venir, porque en las noticias de Turquía siempre se habla de atentados, pero nosotras nos arriesgamos", comenta Amapola Stuardo, recién licenciada en Derecho.

En la costa sur de Turquía, el turismo bajó enormemente por la falta de clientes rusos, siguiendo el conflicto diplomático por el derribo de un cazabombardero ruso en Siria en 2015.

Sin embargo, tras la reconciliación en junio pasado, el negocio se va recuperando, señala Eresin.

En todo caso, el futuro se adivina difícil. "En 2018 creemos que irá mejor, pero incluso si subimos un cien por cien, seguirá siendo poco en comparación", vaticina Baltazzi.

Eresin apunta que hace poco estuvo en Fitur, la feria de turismo de Madrid y recuerda que "amablemente" el rey español visitó el puesto turco para dar su apoyo, "lo que es una importante publicidad", se alegra.

Con todo, Baltazzi cree que la recuperación dependerá de la geopolítica, porque el conflicto sirio fomenta tanto los atentados yihadistas como facilita el movimiento de la guerrilla kurda.

"Hasta que no termine la guerra de Siria, esto no se resuelve", concluye el representante de lo cruceros Celestyal Cruises.

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