El Gobierno francés inició este lunes una revisión exhaustiva del sistema hospitalario del país para modernizarlo con una inversión "masiva" y analizar las consecuencias que puedan extraerse de su gestión de la crisis del coronavirus.
La concertación con representantes del sector está previsto que dure hasta mediados de julio y que se traduzca en acciones concretas que alivien la presión del personal sanitario, al frente de un combate contra la COVID-19 que en Francia se ha cobrado más de 28.300 muertes.
El último plan sanitario del Ejecutivo fue adoptado en julio de 2019, y, más que cambiar de rumbo, las autoridades quieren acelerar el ritmo de su aplicación, según explicó el primer ministro, Édouard Philippe.
"Sería difícilmente comprensible y soportable para ciudadanos y médicos, para todos los que desde un punto vista sanitario y médico-social han respondido a la crisis, que esta no sea ocasión de cambio radical", dijo en la inauguración del encuentro telemático.
En el último plan se había anunciado que se iba a asumir un tercio de la deuda de los hospitales públicos, un porcentaje equivalente a 10.000 millones de euros, y el lanzamiento de ayudas a la inversión de 150 millones de euros anuales durante tres años, pero este lunes se recalcó que hay que ir "más lejos".
El primer ministro prometió cambios en el día a día del personal sanitario gracias a "nuevos medios" y confirmó la intención de aumentar de forma "significativa" los salarios para que estos estén a la altura del compromiso demostrado en esta crisis.
Philippe dejó claro que el sistema hospitalario ha sabido hacer frente a la pandemia y animó a quedarse con algunos de los cambios implementados, como un mayor recurso a la telemedicina.
Revisar los tiempos y la organización del trabajo y la consecución de ingresos económicos, reforzar la organización territorial de los cuidados y agilizar la gobernanza de los hospitales son otros ejes de este análisis, para el que el Ejecutivo se ha dado siete semanas.
La voluntad de reforma no se limita al funcionamiento de los hospitales.
"Hay una fuerte correspondencia entre el mapa de mortalidad y el de las desigualdades que demuestra que nuestra misión no es solo refundar los hospitales, sino pensar una política de sanidad pública que muestre sus efectos antes de la llegada al hospital, con una mejor prevención", concluyó el primer ministro.