El gobierno de Nueva Zelanda anunció este viernes que la misión de control espacial para el rastreo global de la emisión en el sector agroganadero del metano, un gas de efecto invernadero que producen las vacas al eructar, tendrá su sede permanente en el país oceánico.
"Además de los estudios de las emisiones agrícolas, el equipo neozelandés trabajará con su par estadounidense que lideran la misión científica en las (investigaciones de) emisiones de metano del sector petrolero y gasístico", dijo en un comunicado la ministra de Ciencia e Innovación de Nueva Zelanda, Megan Woods.
Nueva Zelanda, en donde el 43,5 por ciento de sus emisiones contaminantes provienen del metano (que casi en su totalidad es producido por el sector agrícola), financia parcialmente el proyecto MethaneSat que investiga la emisión de este gas contaminante, el cual es gestionado por el Fondo de Defensa Ambiental estadounidense.
El Centro de Operaciones de la Misión de MethaSat para medir el metano, responsable de un 23 por ciento del calentamiento global, será operado por la empresa estadounidense Rocket Lab durante un año, antes de transferirlo a la Universidad de Auckland.
El Instituto Espacial Te Pūnaha Ātea-Auckland, de la Universidad de Auckland, además será la sede permanente de esta misión, precisó el comunicado.
Los datos recolectados por este satélite, que será lanzado en 2022 y girará alrededor de la Tierra a una velocidad que supera en 28 veces la de la luz, también se compartirán con los investigadores de la Universidad de Harvard, el Smithsonian Astrophysical Observatory y otras organizaciones científicas.
La líder del equipo científico neozelandés, Sara Mikaloff-Fletcher, dijo recientemente al diario local Stuff que Nueva Zelanda es un lugar perfecto para que el MethaneSat haga sus investigaciones dado que el país tiene un buen registro sobre los eructos que emiten los 5 millones de reses y otro tipo de rumiantes.