“Marlaska se ha implicado con la provincia desde el minuto uno”

Publicado: 29/03/2019
El magistrado Juan Carlos Campo es el único candidato de la lista del PSOE al Congreso por la provincia que repite con respecto a las anteriores generales
El magistrado Juan Carlos Campo es el único candidato de la lista del PSOE al Congreso por la provincia que repite con respecto a las anteriores elecciones, en las que figura como independiente. Campo respalda la elección de Grande-Marlaska como número uno y quita importancia al impacto que la batalla entablada por las listas pueda tener entre el electorado.

Su candidatura la lidera Fernando Grande Marlaska. ¿Usted cree que el mejor candidato debe serlo alguien que no vive y no conoce la provincia por la que se presenta?

—No es respuesta de sí o no. Lo importante es la implicación en los problemas de España desde una responsabilidad como la del Ministerio del Interior, y la implicación en un área de nuestra provincia que venía adormecida desde hace mucho tiempo. Lo importante es lo que está aportando y creo que es un candidato de lujo para una provincia con la que, realmente, no tiene vinculación directa, pero lo que hay que tener en cuenta es su implicación, y creo que nadie le puede decir que no se ha implicado desde el minuto uno en los problemas del Campo de Gibraltar y sin saber que iba a acabar como número uno por la provincia. 

 

Dicen que usted es de los pocos que ha resistido la purga del federal contra el susanismo.

—Podríamos hablar mucho, aunque no soy el más adecuado, ya que no soy militante ni puedo serlo, por mi condición de magistrado. He vivido siempre la época de la configuración de las listas como algo tormentoso en todos los partidos. Yo creo que eso el ciudadano lo tiene ya superado, y lo importante es establecer un frente de unidad y ahí creo que es clara la reflexión. El PSOE ha sido siempre un partido ganador cuando se ha presentado unido, y estoy convencido, por las palabras de Susana Díaz y de Irene García, que todos vamos a una con la mejor lista.

¿De verdad cree que el ciudadano tiene superado lo que está viendo?

—Sí, porque ve lo que ocurre, tiene su valoración crítica, pero lo que le interesa es qué es de lo suyo. Dónde está la subida del salario mínimo interprofesional, qué va a pasar con mi hijo, que se ha tenido que ir porque no encuentra trabajo en la provincia y cómo funciona ese plan de retorno que ha presentado Pedro Sánchez, cómo se invierten los Presupuestos Generales del Estado, qué va a pasar con el cuidado de mi madre... eso es lo que le preocupa, no las cuitas internas de los partidos, más allá de formar una opinión o de que sea militante de ese partido. Pero es que además, en mi caso, por mi condición de independiente, es que ni siquiera tenemos que pasar por las agrupaciones, por lo que no le doy tanta importancia. Lo importante es qué quiere hacer cada partido y cómo pueden mejorar mi calidad de vida.

La unidad de España ha acaparado los debates, ¿cuál va a ser el mensaje del PSOE?

—A mí me da cierta pena que un tema así acapare tanta atención y no nos estemos preocupando de las muchas cosas que hemos visto en los últimos ocho meses. Ya no se trata de escribir una carta a los Reyes Magos, sino de ver que en ese tiempo se han hecho cosas, se han dibujado otras a través de los Presupuestos Generales del Estado, porque a mí me gustaría saber por qué se ha dicho que no a que vinieran a la provincia 417 millones de euros. Realmente dónde está el problema, porque el PSOE nunca ha cambiado su discurso en torno a la unidad de España; es que apoyó la entrada en vigor del 155, porque entendió que era lo que en ese momento necesitaba España. Jamás se ha cuestionado la unidad de España y ha dado pasos para que no haya duda. El Gobierno ha hecho lo único que puede hacer un gobierno en democracia que es abrir líneas de diálogo, pero no sobre cómo vamos a hacer para que ustedes se vayan de España, sino para ver cómo es posible que todos quepamos en la misma España. No ha habido ni una concesión, solo diálogo, pero es que el diálogo es la única forma de que podamos entendernos.

Dígame qué debería cambiar en la próxima legislatura si el PSOE sigue gobernando.

—A mí uno de los temas que más me preocupa, sin duda, es el empleo, pero uno del que se viene hablando es que no se marche nuestra juventud porque la provincia no dé.

¿Y cómo se logra eso?

—Con inversión en I+D+i, en el retorno de estos jóvenes, y potenciando lo que tiene de valor la provincia, caso de nuestros puertos, la ayuda de esos 417 millones de euros que estaban en los presupuestos y que iba a generar un nuevo caldo de cultivo para incentivar áreas que estaban adormecidas. Aquí no hay soluciones mágicas, pero sí hay aportes que pueden contribuir a disminuir esa realidad, y eso es lo que hay que hacer, lo que podemos hacer y lo que estaba previsto en los presupuestos, que han sido rechazado por los independentistas y por la derecha, y por eso se han convocado elecciones. Por eso creo que el mejor programa electoral para la provincia es decir miren lo que estaba dibujado y cuál era la voluntad política para llevar a cabo. Se ha cambiado esa realidad y lo estamos viendo en los viernes sociales.

También se les ha criticado el oportunismo.

—Porque la crítica es libre, y me parece genial. Pero si sabíamos que la legislatura no podía ir más allá de junio de 2020 habría que intentar hacerlo todo en este tiempo. La realidad ha demostrado que nos han acortado muchos meses y ahora nos critican por oportunistas, pues bendito oportunismo.

Hemos asistido a muchos ejemplos de la judicialización de la vida política, usted como magistrado ¿qué opina?

—Son en realidad dos temas, la judicialización de la política y la politización de la justicia. Son dos elementos, o dos caras de una misma moneda, pero yo creo que también tenemos que serenar con eso. La utilización espúrea del aparato judicial, por medio de una querella, para acabar con la carrera política de alguien, es una realidad que la vemos. No sé cuanto es de general pero funciona. Una justicia lenta hace que una admisión a trámite de una querella permite que durante un tiempo demasiado largo persista la duda de si una persona es intachable para ejercer su función pública. Arruinar las carreras políticas, sí. Es un mal camino, pero lo que tenemos que transmitir es que contamos con una justicia lenta, pero muy preparada y el propio sistema judicial es muy potente y preparado. Aquí el juez está muy preparado, pero es uno, y lo que dice lo revisan tres, y después lo puede ver otro, es un sistema muy garantista. Desgraciadamente no se dicta en los tiempos razonables.

¿Y justicia politizada?

—Yo creo que es más instrumentalización de los medios que una realidad.

¿Usted cree que son necesidades urgentes las ciudades de la justicia para la provincia?

—Son necesidades claras, pero la justicia está acostumbrada a saber que hay pocos recursos y la clave está en priorizar. Se dice que es necesario porque la modernización de la justicia sólo vendrá con ese diseño, por eso es una aspiración, pero no por cuestiones de desplazamientos entre unas sedes y otras, salvo grandes ciudades.

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