Un hombre de 45 años ha aceptado este martes cumplir una condena de nueve años y medio de prisión tras reconocer haber sometido a abusos sexuales y violado a la hija de su esposa, menor de edad, en el domicilio que la familia compartía en un municipio de la costa granadina durante el periodo comprendido entre julio y diciembre de 2010.
Durante el juicio que se ha celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada, el acusado, padrastro de la joven, que entonces tenía 14 años, ha admitido cada uno de los hechos que le imputaba la Fiscalía Provincial y la acusación particular, ejercida por la familia de la víctima y representada por la letrada Yolanda Solana, de la Asociación de Mujeres Víctimas de Agresiones Sexuales (Amuvi).
Concretamente, el hombre, que padece una deficiencia visual y que ha entrado en la Sala con unas gafas de sol y usando un bastón para ciegos, ha afirmado que obligó a la menor a realizar actos de carácter obsceno o sexual en el interior del cuarto de baño de su vivienda, que mantuvo relaciones en contra de la voluntad de la joven, y que la sometió a tocamientos en varias ocasiones.
La joven, que ha declarado como testigo protegido tras un mampara, ha indicado que tiene miedo de su padrastro y que no contó a su familia lo que pasaba por temor también a su reacción. Además, a lo reconocido por el procesado, ha añadido que éste la obligó a realizarse una prueba de embarazo.
Ante la declaración del inculpado, tanto la Fiscalía como la acusación particular y la defensa han renunciado al resto de pruebas testificales y periciales previstas. El Ministerio Público, que pedía inicialmente para el hombre una pena de 15 años de prisión, ha modificado sus conclusiones contemplando la atenuante muy cualificada de dilaciones indebidas, que ha incluido una rebaja de la petición de condena a los nueve años y medio, manteniendo una indemnización a la víctima de 60.000 euros. A esta solicitud se han adherido la acusación particular y la defensa, con lo que el juicio ha quedado visto para sentencia.
Antes de la celebración de la vista se han vivido momentos de tensión por parte de la familia de la joven perjudicada, y el magistrado-presidente del tribunal ha pedido tranquilidad a las personas que han entrado a la Sala para asistir como público, advirtiéndose de que cualquier alteración conllevaría su desalojo. Al finalizar la sesión, los familiares han comenzado a proferir gritos e insultos contra el acusado, que han continuado en la salida de la sede de la Audiencia, en Plaza Nueva.
La situación ha llevado a la Policía Nacional a situar un coche-patrulla en la puerta para sacar del edificio de la Real Chancillería al procesado. Los familiares han golpeado los cristales y perseguido el vehículo cuando la Policía ya había iniciado la marcha para trasladar al hombre, continuando con los gritos y los insultos.