Si es necesario se priorizará que las clases en grupos reducidos se dediquen a la docencia de carácter práctico o experimental
El curso académico 2020/2021 en las universidades andaluzas comenzará con una enseñanza mixta que combinará clases presenciales y online, según el acuerdo al que han llegado la Junta de Andalucía y los rectores de las universidades.
El convenio, firmado por el consejero de Economía, Rogelio Velasco, y los diez rectores de las universidades públicas y de la Loyola, reconoce el valor de la enseñanza presencial, por lo que da prioridad a esa modalidad, "atendiendo siempre a las indicaciones sanitarias", ha informado este martes la Junta en un comunicado.
Las actividades presenciales se organizarán atendiendo a las directrices sanitarias sobre la capacidad de los espacios y el distanciamiento físico, lo que determinará el tamaño de los grupos.
Si es necesario se priorizará que las clases en grupos reducidos se dediquen a la docencia de carácter práctico o experimental.
Además, se adaptarán los contenidos temáticos a esta modalidad mixta y se regularán los horarios para facilitar al estudiantado la compatibilidad entre la docencia presencial y la online.
La Consejería ha explicado que el documento servirá de referencia a las medidas que cada universidad adopte "en el ejercicio de su autonomía" y de acuerdo "a sus características específicas" hasta que sea posible la vuelta a la plena normalidad de la actividad.
Estas directrices específicas para cada campus deberán quedar plasmadas en planes de contingencia, que se activarán en función de las normas para prevenir el contagio del COVID-19 adoptadas por las autoridades estatales o autonómicas.
En el caso de enseñanzas de grado o máster con un alto porcentaje de estudiantado internacional, también se podrán aplicar si las restricciones a los desplazamientos internacionales por motivos sanitarios impiden o dificultan la enseñanza presencial.
Cada plan de contingencia contemplará dos escenarios para impartir asignaturas por si es necesario restringir el aforo en las aulas y la distancia física, e incluso suspender la actividad presencial en todo el sistema o en determinados centros o grupos.
El escenario A plantea una menor actividad académica presencial y el escenario B refleja la suspensión de este tipo de formación y la adopción de un sistema exclusivamente online.
Las universidades deberán incorporar en sus respectivas guías estos planes de contingencia y tenerlos listos antes del 24 de julio, fecha en la que se inicia la matriculación en grados.
Los instrumentos y criterios de evaluación y ponderación se adecuarán también a los dos escenarios previstos, con la recomendación de priorizar la evaluación continua mediante pruebas online para facilitar el tránsito de uno a otro.
En el supuesto A los exámenes finales de las asignaturas se realizarán preferentemente de forma presencial, respetando siempre el nivel de ocupación autorizado.
Por su parte, en el supuesto B exclusivamente online las pruebas virtuales incluirán mecanismos de garantía de la autoría por parte del estudiantado.
Las prácticas externas curriculares se desarrollarán presencialmente en las entidades colaboradoras, siempre que las circunstancias lo permitan y se cumpla con las condiciones.
El convenio también explicita que la defensa de los Trabajos Fin de Grado (TFG) y Trabajos Fin de Máster (TFM) será preferentemente presencial y, si ha de adaptarse a la modalidad online, será necesario garantizar la identificación del estudiantado y la publicidad, siguiendo los protocolos que aprueben las universidades.