El nuevo director de la Compañía Nacional de Danza, el bailarín estrella de la Opera de París y coreógrafo José Carlos Martínez, dijo ayer en una entrevista con EFE que no tiene la intención de “partir de cero” ni de destruir “lo que se hizo antes”.
Martínez afirmó estar “muy contento” con la idea de volver a España aunque agregó que no es una sorpresa “pues el proceso de selección fue bastante largo”.
“Cuando vi la convocatoria de este concurso me pareció que querían hacer bien las cosas y me decidí a trabajar en mi proyecto, presentarlo y que fueran mis ideas las que hicieran que fuese director si lo tenía que ser”, resaltó.
Dirigir esta compañía “es una oportunidad en la que voy a poder utilizar toda mi experiencia”, resaltó este artista nacido en Cartagena, en 1969, que se instaló en Cannes a los 14 años para estudiar en la Escuela Rosella Hightover, y que en las dos últimas décadas ha bailado en los más grandes escenarios del mundo y con los grandes coreógrafos contemporáneos.
“Dedique más de un mes y medio, casi dos meses, a preparar el proyecto y pensar en lo que sería mi visión y en lo que podría hacer con la Compañía Nacional”, explicó el también director artístico y profesor de la Escuela del Ballet de la Opera de París y del Conservatorio Superior de París.
El objetivo es convertir a la compañía “en el motor de la danza en España”, donde todo el mundo pueda “tener su sitio”, siempre “bajo el criterio del director, claro”, precisó el sucesor de Nacho Duato y de Hervé Palito, al frente de la CND.
“Mi proyecto no parte de cero, no es destruir lo que se hizo antes y empezar a hacer algo nuevo”, subrayó.
Parte del punto en el que está la Compañía ahora, “del excelente trabajo que hizo Nacho Duato”, quien llevó la CND “a un punto de excelencia artística” y de gran proyección internacional, consideró.
Es además “muy importante” tener en cuenta también “el trabajo hecho antes”, por María de Avila y Víctor Ullate, cuando la compañía se construyó y se puso en marcha, añadió.
Se trata, asimismo, de abrir las puertas de la CND a compañías y coreógrafos españoles, y a las creaciones contemporáneas, de “abrir el lenguaje” para que “todas las técnicas tengan su cabida”.
“No va a ser una compañía de autor”, sino que va a representar el panorama del ballet español”, en todas sus técnicas y estilos, aclaró Martínez.
De ahí que piense que va a tardar en realizar para la CND una coreografía propia, pues prefiere mostrar antes el trabajo de muchos otros coreógrafos, según comentó.
“Me preguntan si vamos a hacer ballet clásico y cuándo, pero no se puede dar una respuesta”, dijo antes de añadir: “lo importante es que las propuestas artísticas sean de calidad”.
“Lo que me gustaría es que la zapatilla de puntas volviera a la compañía”, empezar a hacer un trabajo “utilizando sus posibilidades y su sensualidad”, comentó.
A partir de ese trabajo “veremos hasta dónde llegamos y qué tiempo se necesita para ampliar ese abanico de posibilidades”.
Destacó que para hacer un espectáculo clásico “hace falta homogeneidad”, y la compañía no tiene en la actualidad el nivel artístico para montar un ballet clásico.
“Creo que además, en la época en la que estamos no se puede dar un giro de 180 grados, porque equivaldría a empezar de cero y sería tirar por la borda el trabajo hecho antes”, resaltó.
Recordó que con María de Ávila y Ullate, el Ballet del Teatro Lírico de la Zarzuela “era totalmente clásico”, luego pasó a ser contemporáneo y “en el futuro vamos a ver qué identidad se le puede dar”, añadió.
Integrada por alrededor de 40 bailarines, la CND tiene unas dimensiones de formato medio y lo ideal sería darle “un perfil similar al de las grandes compañías internacionales”.