Con 42 años recién cumplidos, la actriz barcelonesa ha decidido volver al teatro “en el mejor momento” y “con lo mejor”, es decir, cuando el cine acusa la crisis general con menos producciones “en cartera” y con un clásico como Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, dirigida por Mario Gas y en el Teatro Español de Madrid, donde debuta hoy.
“¿Qué más se puede pedir?”, se pregunta en una entrevista con Efe poco antes del estreno de esta “lírica, tierna, cruda, difícil y jodida” historia sobre relaciones personales y de poder, en palabras de Gas. La actriz está “ metida” en su papel de Stella, en la gira que ha hecho por España tras su estreno en Santander en noviembre.