Según Manuela Alonso, doctora en psicología de la Universidad de Huelva, una de las vertientes de la actual crisis, la crisis real, es la crisis psicológica, aquella que ha logrado producir un «acusado cambio en el estado anímico de millones de personas». Sin querer resultar frívolos, nadie negará que todos esperamos una catarsis colectiva de salvación, que no de rescate, similar a la que vivimos en 2008 o 2010 cuando la selección española logró hacerse con la Eurocopa y el Mundial de Fútbol. Y se desea si acaso como la aspirina que resuelve momentáneamente un dolor de cabeza aunque el mal sea otro, de mayor y más grave factura.
Algo así deben pensar nuestros empresarios, que ven cómo pasan los días y las cosas siguen sin mejorar, porque los ciudadanos que deben gastar en sus negocios están tanto o más asfixiados que ellos mismos. Y psicológicamente no muy bien, según se describía al principio. Pero algo cambia estos días. Con la ya conocida pasión por La Roja. Que ha inundado la ciudad de banderas españolas que sirven a muchos para exaltar la necesidad de un respiro, si acaso futbolero, y a otros, a los referidos empresarios, para llamar la atención de potenciales clientes.
En 2008, la empresa Adidas vendió en nuestro país más de medio millón de camisetas de la selección española de fútbol gracias al Mundial de Sudáfrica, el doble de lo que se vendió en 2008 para la pasada Europa. Este año, en Ronda, las camisetas se venden en lugares como Cary Intersport, donde el precio, pese a lo recomendado por Adidas, «se ha bajado hasta los 69,90 euros», cuenta Javier Ríos, responsable de Cary, que nos atiende en la tienda de la calle Molino. Asegura que «estos días está viniendo mucha gente a comprar e interesarse por las camisetas de España, que las tenemos a todos los precios. Porque además de las oficiales, las hay a muy buenos precios para todos los bolsillos, desde 15 euros», refiere. En la tienda venden otros artículos como polos o las famosas banderas, que de momento no se han agotado este año.
A llenar bares y terrazas
Por otra parte, los bares aprovechan el tirón. Y los hay, como La Katedral, un nuevo establecimiento que ha abierto sus puertas en la calle Sevilla, que ofertan cañas y tapas: «Esperamos que venga gente a ver el partido, porque el domingo no abrimos, al ser nuestro día de descanso», relataba este jueves, antes del encuentro frente a Irlanda, el responsable del negocio, Cristóbal, cuando en el local entraba un grupo de norteamericanos dispuestos a ver el fútbol y saber cómo son las tapas españolas.
