Nuestra protagonista se convirtió hace apenas unos pocos meses en responsable de una de las concejalías de referencia en estos tiempos de dificultad. Pese al poco tiempo, Muñoz demuestra tener tomadas las riendas de los Servicios Sociales. Nos atiende en su despacho de la primera planta del edificio de calle Montes, donde mantiene el contacto diario con los vecinos.
Han pasado cinco meses desde que se convirtió en concejal. ¿Cómo ha sido este tiempo en lo político, e incluso, si quiere, en lo personal?
—Bueno, diría en lo profesional, y diría que han sido muy intensos. Lo cierto es que me siento satisfecha del trabajo realizado, porque creo que tanto yo como mis compañeros nos estamos dejando la piel. Además, como sabes, yo provengo del movimiento asociativo, así que trabajar en Servicios Sociales me sigue permitiendo el contacto con la gente.
Para el descanso, pese a su concejalía, sí que quedarán algunas horas…
—Es muy difícil ponerse horarios, porque esto no es Madrid. Entiendo que cualquier concejal de una gran ciudad puede tener vida privada al terminar su jornada. En nuestro caso, y más aún en una concejalía como Bienestar Social, estamos siempre hablando con nuestros vecinos, conociendo sus problemas e intentando encontrar soluciones; en el Ayuntamiento pero también en la calle, cuando estás comprando. Pero es algo que no me importa, porque para eso, de hecho, adquirí este compromiso.
Insisto. ¿Pesa mucho, en lo personal, enfrentarse directamente a complejas y duras situaciones cada día?
—Es imposible aparcar cualquier problema. Bien aquí, cuando alguien te cuenta sus dificultades, e incluso cuando estaba en el Gabinete de la Alcaldía, que es el otro sitio por el que diariamente pasan los problemas de Ronda, no es fácil olvidarte. Recuerdo que un día llegó una familia a la Alcaldía cuyos hijos no habían podido desayunar esa mañana. Eso no se puede olvidar.
Lo decía porque los problemas personales y familiares de mayor calado pasan por sus manos…
—Para que se hagan una idea, son 6.000 las personas que pasan anualmente por los Servicios Sociales, a quienes se atiende de una y otra manera, a través de los distintos programas y servicios. Yo he atendido en los escasos 5 meses que llevo aquí a 200 personas en esta oficina, 200 citas a las que hay que sumar las que se atienden por la calle.
Y para eso hace falta tener presupuesto. ¿Está satisfecha con el resultado del proyecto presupuestario para este año?
—Para el equipo de Gobierno la atención a quienes peor lo están pasando es una total prioridad, y se demuestra en los presupuestos, donde uno de los objetivos fundamentales era mantener la política social. Pese a las dificultades y pese a que hay muchos menos ingresos y ayudas, el equipo de Gobierno ha decidido mantener la partida que destinamos a los servicios sociales, de 200.000 euros. Y eso nos permite mantener la atención a los ciudadanos en este tiempo de mayor dificultad.
Trascendió que hubo un intenso debate en torno a los presupuestos en el seno del equipo de Gobierno. Entiendo que en el caso de los servicios sociales no habrá costado mucho entender que no podía recortarse, que no habrá tenido que pelearlo…
—En absoluto. Mis compañeros tienen muchísima sensibilidad y todos han hecho esfuerzos por recortar en otras muchas partidas manteniéndose el presupuesto en los servicios sociales. Insisto en que es una prioridad para el equipo de Gobierno porque debemos entender que además de ayuda a la resolución de problemas, los servicios sociales generan empleo. Aquí trabajan directamente 58 personas, e indirectamente se generan otros muchos empleos.
Aprovechando el carácter de socorro de su concejalía le pido una valoración en torno a la política y al trabajo de los políticos, ciertamente en entredicho en estos tiempos. ¿Está en la política la solución?
—Sin dudas, y le pongo un ejemplo. En la última reunión del Patronato de la Agencia Local se aprobó doblar las ayudas al alquiler y doblar las ayudas al pago de recibos por parte del Ayuntamiento, y ese es un compromiso político. Pero es que no nos quedamos ahí, sino que llegamos al fondo de los problemas, porque puede ocurrir que cualquier persona o familia beneficiaria de estas ayudas haya agotado el tiempo fijado para la misma, y para esos casos se toman decisiones extraordinarias, decisiones que además no tomo directamente como concejal cuando una familia viene a pedirme que se mantenga esa ayuda, algo que políticamente podría beneficiarnos; para esos casos se mantiene una reunión semanal de técnicos de la delegación que determinan las necesidades de dichas familias de acuerdo a sus criterios técnicos.
Además de la aportación municipal, ¿con qué presupuesto total trabajan en la concejalía?
—Mantener los servicios sociales cuesta 730.000 euros anualmente.
¿Han notado recortes por parte de otras administraciones? ¿Hay servicios que peligran o no están en marcha?
—La ley de la Dependencia está parada, por ejemplo. La Junta no agiliza la tramitación de nuevos casos y de las solicitudes que tenemos, hay unas 1.000 aproximadamente en espera.
Ese recorte se achaca al Gobierno de la Nación…
—Ya le digo que es la Junta de Andalucía quien no agiliza la tramitación de nuevos casos.
Pues hablando de la Junta, se han mostrado ustedes críticos en el equipo de Gobierno con el famoso decreto de exclusión social…
—No nos gusta cómo se ha tramitado, porque se están proponiendo miniempleos, esos que tanto critican en Izquierda Unida. Nos gustaría que se hubiese hecho algo parecido al plan de empleo que nosotros pusimos en marcha el año pasado desde el Ayuntamiento, con contrataciones de seis meses que permitían a las personas beneficiarias poder acogerse después a otras prestaciones sociales.
¿Va a ser usted la próxima presidenta de la Comisión Mixta de Afectados por la Hipoteca? Ya se anunció que usted lo sería, tras abandonar Izquierda Unida la presidencia denunciando la inacción del equipo de Gobierno respecto a los compromisos adquiridos…
—Esa es una idea que lanzó Izquierda Unida, y que el equipo de Gobierno aceptó. Puedo decir que se han puesto en práctica muchas de las propuestas que se han hecho por parte del equipo de Gobierno. Desde Bienestar Social, por ejemplo, hemos creado una oficina, a nivel municipal, para atender a familias en riesgo de desahucio. Y se ha puesto en marcha un gabinete psicológico-jurídico, con dos profesionales que asisten a esas familias, todo mediante un convenio con Cruz Roja. Y le puedo decir que toda persona que viene es atendida de manera inmediata, y que ni siquiera hay lista de espera. Se derivan al colegio de abogados y se hace un seguimiento de cada caso. Pero es que hay otras propuestas que he cumplido personalmente, como hablar con las entidades financieras y negociar con ellas. Yo lo he hecho, hay otros grupos que no. El equipo de Gobierno ha cumplido.
Pues no lo cree Izquierda Unida pero tampoco la plataforma STOP Desahucios…
—Ratifico lo que he dicho. La oficina está abierta. Y me he reunido con Cajamar y Unicaja, con las entidades con las que me comprometí a sentarme.
¿Aceptará la presidencia entonces?
—Tendremos que hablarlo en el equipo de Gobierno, pero entiendo que debe seguir Izquierda Unida que fue quien hizo la propuesta.
Parece que el proyecto de comedor social avanza y que podría ser una realidad en breve espacio de tiempo…
—Está bastante avanzado, y persigue un doble objetivo, tanto el social como también el del empleo, porque la cocina de dicho comedor creará puestos de trabajo. Hay varias empresas interesadas en conseguirlo, porque va a salir a licitación pública para que se gestione con un sistema de copago, de cara a que quienes menos tengan apenas paguen y quienes tengan algo más paguen un precio también muy económico.
¿Dónde estará ubicado el comedor?
—No será un comedor al uso, entendiendo que nadie debe sentarse a comer junto a alguien que no conoce. Se ha propuesto una recogida de alimentos en un lugar concreto, entre los lunes y los viernes. Queremos rehabilitar la cocina del colegio Giner de los Ríos, porque desde allí saldrá la comida, bien se prepare directamente allí o bien se lleve allí porque lo prepare otra empresa. Tenemos 3 empresas interesadas, dos constituidas como tales y una cooperativa. Si finalmente es la cooperativa la que se queda con el servicio, pretendemos que la comida se prepare en el antiguo colegio; si son algunas de las otras empresas, desde allí en todo caso se repartirá. Hemos presentado un proyecto de subvención para arreglar la cocina y esperamos que se acepte para llevar a cabo el proyecto.
¿Quiénes están colaborando?
—Con nosotros colaboran muchas entidades con las que ya hemos tenido reuniones de trabajo. En concreto Unicaja, Cruz Roja, Cáritaa Interparroquial o la Coordinadora del Voluntariado, junto a la propia Agencia Pública y el Ayuntamiento de Ronda. Hay mucho ánimo en ayudar, Ronda es una ciudad muy solidaria, así que será una realidad.
¿Tienen alguna previsión de cuántas familias podrían usar este comedor?
—A través del reparto de alimentos que realizamos una vez al mes en las barriadas se pasó un cuestionario a las familias, y el 60 por ciento de los usuarios dijeron que estarían interesados. Creemos que se pueden preparar más de 100 comidas, pero que podemos superar y con creces esa cifra, pasando incluso de las 400.
Y de forma paralela continuarán los repartos de alimentos…
—Es un convenio que firmamos con Cruz Roja y que mantendremos mientras dure la crisis. Yo pienso en estos proyectos, con todo, a dos o tres años vista, porque entiendo que la economía remontará y espero que cuanto antes desaparezcan, aunque ahora estoy entusiasmada con ellos.
Hay también un convenio con Bancosol…
—Ellos trabajan con entidades sociales que reparten a los usuarios, no como nosotros y Cruz Roja, que tenemos una base de datos. Y les vamos a ceder un local para que en vez de tener un punto de reparto en Ronda sean dos. Ahora tenemos que arreglar el local y para ello estamos pidiendo presupuesto. El objetivo final es tener distintos puntos y formas de reparto de alimentos.
Y hablando de convenios, hace unos días dieron a conocer las mejoras que ha propuesto Ineprodes, la empresa concesionaria del servicio de ayuda a domicilio, para los usuarios de este servicio y para sus familias…
—Se han firmado unas mejoras con esta empresa y a corto plazo vamos a firmar con la Fundación Ineprodes, para tener servicio de grúa gratuito para dependientes e incluso un servicio de apoyo a las familias de estos usuarios, con foros de formación. Incluso va a ponerse en marcha un supermercado online para que puedan comprar productos a bajo coste estos familiares y dependientes. El acuerdo permite la contratación de 33 personas en la ciudad, y además la contratación de servicios de peluquería o podología que mantendrán o crearán empleos en Ronda, mediante la contratación de empresas de la ciudad.
Usted es también responsable de la concejalía de mayores. El gran objetivo siempre fue crear un centro para estas personas. ¿Será posible a corto plazo?
—Es mi primer objetivo: abrir ese centro. Ya hemos intervenido directamente en él, y hemos solucionado algunos temas pendientes de obra. Incluso hemos aprobado una partida presupuestaria para crear un gimnasio al aire libre. En el punto en que estamos es hablando con todos los colectivos de mayores o que dirigen su actividad a personas mayores para saber qué actividad tendremos en el centro, para que sea dinámico y tenga un buen uso siempre, porque hay que sacarle partido. Yo creo que a corto plazo, en unos meses, el edificio estará listo para usarse.
Hay también un acuerdo con Diputación para que nuestros abuelos viajen…
—Para que viajen a Málaga. En concreto, vamos a ofrecer cinco viajes dentro de un proyecto que se llama ‘Un día en Málaga’. El primero será con Amaro, el 19 de junio. Tenemos 55 plazas.
Por último, al frente de la concejalía de Presidencia, novedosa concejalía, ¿cuál y cómo es el trabajo?
—Es lo que venía desempeñando en el Gabinete de Alcaldía. Tengo algún proyecto en mente que no haré público hasta que no se presente a los compañeros del equipo de Gobierno, y continuaré con el trabajo que hasta ahora he desempeñado, coordinando a los 12 concejales del equipo de Gobierno y la agenda de las reuniones de maitines de los lunes, donde todo se consensua y discute. Mi tarea es esa, además de llevar el protocolo y coordinar el propio Gabinete de Prensa.
Para concluir me gustaría situarnos en el momento en que estamos, a mitad de legislatura, para pedirle una reflexión en torno al trabajo del Gobierno del que forma parte. ¿Se siente con los deberes hechos? ¿Cómo valora los dos años transcurridos?
—Los rondeños saben muy bien por lo que atravesamos, así que a mis compañeros de equipo de Gobierno les doy un 10 de nota porque, como dije al principio, se dejan la piel en sus delegaciones y se apoyan unos a otros, lo veo a diario. Hay pocos recursos, que se exprimen, y se tira de imaginación, y del trato con los ciudadanos. Mi balance es positivo.
Mucha suerte
—Muchas gracias.