La Agrupación de Hermandades cumple 25 años. ¿En qué punto estamos respecto del punto de origen, y cómo adivina el futuro de este colectivo?
—25 años son pocos para alcanzar todos los logros que hemos logrado en este tiempo. Las hermandades respetan a la Agrupación; todas ellas están perfectamente integradas en este colectivo, y eso se debe a la labor de las personas que me precedieron en este cargo. Gracias al trabajo de todos ellos, y de cada una de las hermandades, tenemos una extraordinaria implantación social en Ronda; tenemos una exquisita relación con las autoridades locales, que nos miran con tanto respeto como el que nosotros profesamos a estas autoridades, como al resto de ciudadanos. Y es por ello que este es un momento de gozo.
¿Dónde están los retos? ¿Quizá en los jóvenes?
—El reto que tenemos todas las hermandades tiene que ver con nuestra capacidad de convocatoria social, que debe ser cada vez mayor, en el intento de que nuestras actividades religiosas y no religiosas logren atraer al mayor número posible de personas que quieran comprometerse con esta causa nuestra, que no es sino la de la palabra de Dios. El día a día es un reto, y desde luego la juventud, que está imprimiendo una gran fuerza a las hermandades y debe ahora también comprometerse con la responsabilidad al frente de las mismas. Los jóvenes profesan una enorme devoción a las imágenes, a vestir la faja y el costal o ponerse la túnica de nazareno. Y eso está dando una fuerza a las hermandades como para mantenerlas vivas. La juventud, sin dudas, garantiza que toda esta labor que hacemos con cariño perdure durante años; los jóvenes están llamados a sucedernos.
Este año se han celebrado eventos de tanta importancia como el Via Crucis por su XXV aniversario...
—Le decía antes que esta es una época de gozo. Y doy gracias a Dios por permitirme vivir este momento tan especial al frente de la Agrupación. El Via Crucis fue todo un éxito, que debe servirnos para mantener la trayectoria que la Agrupación ha marcado durante estos 25 años; la línea de trabajo desarrollada es la que debemos continuar.
¿Qué acogida ha tenido la idea de vender abonos para Tribuna?
—Considero que ha sido buena. Ya sólo quedan unos 50, de los 212 que pusimos a la venta. Queda muy poco por vender, porque la gente ha comprendido que montar la tribuna tiene unos costes; el montaje, la seguridad, la limpieza, las sillas que hemos tenido que comprar este año... Los cofrades saben que con una mínima contribución suya todo este trabajo se hace mucho más asequible. Pusimos a la venta los abonos buscando esta mínima colaboración, garantizando también a quienes nos lo pedían poder tener garantizado un lugar desde el que ver a las cofradías sin necesidad de tener que ocuparlo con tiempo suficiente, al estar garantizado ese sitio. Ahora sólo falta que quien haya comprado uno de estos abonos lo utilice, y que no veamos vacía la Tribuna en estos días tan importantes para los rondeños.
