El Gobierno municipal está por la labor de recaudar menos a costa de aligerarles la carga a los que peor lo están pasando en esta crisis, lo que no deja de ser un detalle que se produce una vez que las cuentas municipales se han estabilizado y ya son unas cuentas “normales”, como señalaba el alcalde, José Loaiza, en la presentación de proyecto de Ordenanzas Fiscales que tiene que ir a Pleno como trámite previo para presentar los Presupuestos.
Está bien que los gobiernos aflojen el yugo que pesa sobre los sufridos contribuyentes españoles que han tenido que salvar a la Banca de las tarjetas opacas e incluso a la de tarjetas de colores, mucho más cuando esas medidas están encaminadas a personas que están inscritas en los Servicios Sociales municipales con todas las garantías de que su situación es la que es.
No es menos importante que el proyecto de Ordenanzas Fiscales ponga el punto de mira en ofrecer bonificaciones a las empresas hoteleras que decidan realizar obras de mejora en sus instalaciones o mejor, que quieran construir nuevos hoteles en la ciudad. Y como esas bonificaciones han llegado este año para quedarse, hasta les vienen bien a los que levanten el hotel en el Janer.
También hay bonificaciones para las empresas que levanten naves industriales en el polígono Fadricas II e incluso para las que mejoren las suyas en el Fadricas I, con la condición de que en seis meses tienen que haber puesto en marcha una actividad y haber creado empleo con el fin de evitar la especulación que ha sido la moneda de uso común en La Isla en los últimos decenios.
La pregunta sería cómo con una merma de ingresos podrá sufragar las inversiones que también se necesitan, habida cuenta de que tiene agotada la capacidad de endeudamiento. La respuesta sería que las cosas cambian.
