Ya hay movimiento de grúas en la fachada del Ayuntamiento y vallado del perímetro del edificio. Ya se han producido varias visitas de arquitecto Francisco Márquez y su equipo al consistorio después de que el pasado lunes 14 de marzo se firmara el acta de replanteo e inicio de obras. Ya han salido los políticos de la oposición mayoritaria suponiendo que las obras no se van a terminar por falta de dinero y ya ha salido el equipo de gobierno sacando pecho porque lo que lleva tantos años esperando comienza a ser una realidad.
Salvo buen fin, como pasa con los cheques bancarios cuando los aceptan los bancos. Que quiere decir que es bueno si la cuenta que lo expide tiene fondos. Y eso se verá con el tiempo y con la vista puesta en que no caiga sobre el edificio la maldición de los grandes proyectos de la ciudad que vienen sufriendo el mal de ojo. Real Carenero y segunda fase del Puente Zuazo, Parque de la Historia y el Mar… y el tranvía, que a pesar de tener dinero –se piensa y se asegura- nunca se termina. Nunca se ha terminado.
Se trata de 7,9 millones de euros de inversión –curiosa cifra para publicarla en día como hoy, cuando se cumplen siete años del alcance en la caja municipal, popularmente conocido como desfalco y los papeles del viejo Juzgado se tiran a la basura- y veinte meses de trabajo, aunque las obras se saben cuándo comienzan pero no cuándo terminan.
Los trabajos estarán a cargo de Vías y Construcciones SA que tendrá la responsabilidad de restaurar un edificio de estilo neoclásico y considerado como el mayor edificio consistorial de la comunidad autónoma andaluza y el tercero más grande de España. Su construcción se inició a mediados del siglo XVIII bajo la dirección de Torcuato Cayón y se prolongó hasta el siglo XIX bajo la batuta de los arquitectos más importantes del momento.
El 10 de julio de 2007, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Monumento. En este edificio, los futuros diputados elaboraron la fórmula del Juramento de la Constitución de 1810, y en junio de 1813, se constituyó allí el primer Tribunal Supremo de la historia de España.
Construido exteriormente de piedra, destaca también por sus piezas de carpintería, en su mayor parte del último tercio del siglo XIX.
Con sus restauración renace una vez más la polémica sobre lo que se hará con la plaza del Rey, la estatua de Varela o el proyecto de plaza abierta al estilo clásico. Sin hablar de los chorritos porque es remodelación también contará con un concurso nacional de ideas.