El jerezano Casares fue jugador del Atlético Sanluqueño en la temporada 1992-1993. Primero tuvo como entrenador a González Flores y después a José Luis Raposo en una campaña que fue muy complicada tanto en lo deportivo como en lo económico. El equipo sanluqueño quedó quinto en una época donde Luis Merino era el presidente del club. Casares fue uno de los jerezanos que pertenecieron a aquella plantilla.
El que fuera jugador del conjunto verdiblanco visitó después en dos ocasiones El Palmar, primero con el Jerez Industrial y después con el Chiclana. De su estancia en el Atlético Sanluqueño recuerda que “en este club recibí un gran trato, tanto por la afición como por los directivos a pesar de los problemas que tuvimos. Fueron recuerdos muy bonitos”.
Asegura que “sigo al Atlético Sanluqueño y ojalá que se pueda quedar en la Segunda División B. Este club que cae simpático y más porque tiene una afición muy peculiar y cálida. Siempre se porta muy bien con el equipo y por eso digo que es muy campechana”. En cuanto a la situación en la que se encuentra el primer equipo de su ciudad, el Xerez, señala que “como jerezano me duele lo mal que lo está pasado y por lo que se dice tiene muy difícil salida porque económicamente está mal”.
Casares no descarta ser entrenador de fútbol en un futuro, aunque ahora mismo está centrado en su faceta de cantaor flamenco. El de la Ciudad del Caballo fue un jugador muy respetado por la afición del Atlético Sanluqueño.