El sector del vino ha mostrado su "incertidumbre" por cómo le afectará el aplazamiento de la Feria de Abril de Sevilla, una decisión adoptada por la pandemia y que es probable que se repita en otras localidades andaluzas, lo que ha llevado a los grandes productores a preguntarse qué harán con tantas botellas listas para su consumo.
La Feria de Sevilla, prevista desde la noche del 25 de abril al 2 de mayo, se celebrará seguramente en septiembre próximo, y en ella empresas como Bodegas Barbadillo vende más de medio millón de botellas de manzanilla, un vino que se logra tras seis años bajo velo en flor, según resalta la empresa vinatera.
La responsable de mercadotecnia y de comunicación de Bodegas Barbadillo, Esther Gutiérrez, ha explicado a Efe que lo único cierto de la actual circunstancia derivada de la pandemia es que se han suprimido las campañas de publicidad previstas para la Feria de Abril, y desconocen qué pasará con el consumo si finalmente se celebra en septiembre próximo porque no saben si habrá la misma afluencia de público que si se celebra en abril.
Además, teme que lo ocurrido con la de Sevilla se repita en cascada con otras fiestas andaluzas, lo que también afectaría al consumo y a la venta del vino más característico de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), donde se fundó Barabadillo en 1821.
Por ejemplo, el 22 de abril está previsto que comience la feria de Vejer de la Frontera (Cádiz) y el 29 del mismo mes la de Rota (Cádiz), mientras que el 9 de mayo empieza la de Jerez de la Frontera (Cádiz).
Para abordar el futuro de las ventas y ante esta situación "inédita", Gutiérrez ha explicado que celebran constantes comités de dirección de la empresa, en los que los responsables de la compañía exponen las novedades que les afectan y que van cambiando de forma diaria por la evolución de la pandemia.
Otra de las empresas más presentes en la Feria de Abril de Sevilla y en festividades similares, González Byass, afirma que lo único que les preocupa en la actualidad es "la salud de las personas y que la situación pase lo antes posible para recuperar la normalidad", según ha dicho a Efe Leticia Sánchez, la responsable de prensa de una compañía con sede en Jerez y que facturó el año pasado 309 millones de euros, su cifra récord.
El aplazamiento de la Feria de Abril de Sevilla es una medida sin precedentes en la ciudad, que el alcalde Juan Espadas adoptó el domingo pasado porque la pandemia y las medidas excepcionales derivadas de la situación impedían que las contrataciones y los gastos públicos y de los particulares se hicieran con normalidad y sin garantías de que se celebrara la festividad.
La Feria de Abril se celebra de forma ininterrumpida desde 1847 y tiene un impacto económico de 830 millones de euros, el 3 % del PIB local, según los cálculos del Ayuntamiento.
Los operarios ya estaban ultimando la portada del recinto, que recrea el edificio regionalista del Hotel Alfonso XIII y rinde homenaje a la figura del viajero en el V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, tiene 50 metros de ancho por 39,5 de altura y seis metros de fondo.
La estructura está conformada por 35.000 metros lineales de tubos, con 3.450 metros cúbicos de volumen y estará iluminada por 25.000 bombillas. Lo que ocurra con la portada está aún por definir, como está ocurriendo con tantas cosas por culpa de la pandemia de coronavirus.