El temporal y el confinamiento por el coronavirus dejan a parte de la flota sanluqueña amarrada a puerto
La actividad en el puerto pesquero de Bonanza se ha mantenido esta semana pese a la declaración del Estado de alarma para evitar la propagación del coronavirus. Al tratarse de un producto de primera necesidad, como es el pescado, la actividad pesquera es una de las permitidas por el Gobierno de la Nación, lo que ha conllevado, eso sí, que los pescadores y el resto del sector estén adoptando medidas de seguridad excepcionales. Esta circunstancia, junto al temporal que ha predominado durante la semana, ha afectado al número de barcos de arrastre que han salido a faenar. De los 56 barcos de arrastre que cuenta la flota pesquera de Bonanza, en estos días han salido entre un 10 y un 50%. Los precios han caído en aquellos productos que son más demandados por el sector de la hostelería, “pero en el resto las ventas han ido relativamente bien”, según ha explicado la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar. Desde la Cofradía se reconoce el esfuerzo de la flota por mantener la actividad teniendo en cuenta que el pescado es un alimento imprescindible para la dieta y necesario en estos momentos excepcionales en los que los sectores productivos no pueden dejar de aportar alimentos. Con la idea de mantener la actividad y ajustarse a la gravedad de la situación, la Cofradía de Pescadores, tras mantener una reunión entre armadores y compradores, han acordado entre todos que la próxima semana, sólo sean tres los días de subasta, de manera que el sector mantenga su actividad en la medida de sus posibilidades y no se sature el mercado “para que aquellos que estén haciendo el esfuerzo, tengan rentabilidad en su actividad”. Será una medida excepcional para intentar que la actividad se desarrolle en las mejores condiciones para todos. Medidas sanitarias El sector está acatando en la medida de sus posibilidades, las indicaciones dadas por el Gobierno aunque reconocen la dificultad a la hora de aplicarlas, ante la escasez, por ejemplo, de mascarillas. Las instalaciones de la lonja y, en concreto, de subasta del pescado no están pensadas para este tipo de situaciones y se hace complicado evitar la concentración de personas. Las directrices hacen referencia a la restricción del acceso a la lonja. Sólo pueden acceder armadores, marineros y trabajadores. La Consejería comunicó ayer que va a repartir material de seguridad para los operarios de la lonja lo que ayudará a cubrir esta obligación. todo momento el uso de mascarillas y guantes. Para ello se está dotando al personal del equipamiento necesario para evitar el contagio y propagación del virus. Trabajadores de la lonja, compradores y usuarios autorizados “deberán evitar con especial celo el contacto físico y procederán a lavarse continuamente las manos con los productos higiénicos para tal uso que se colocarán en las instalaciones”, señala el comunicado en el que se recogen las medidas y que pone de manifiesto el mantenimiento de los servicios mínimos de las lonjas teniendo en cuenta que el pescado es un producto de primera necesidad “y estamos obligados a suministrarlo”. En esta línea, el protocolo recoge que “nuestro producto pasa por los controles sanitarios y de calidad obligatorios que permiten la confianza absoluta en su consumo”. Las medidas adoptadas en la lonja se mantendrán, en principio, hasta el próximo 30 de marzo.