El fundador de Cantores de Híspalis y compositor de casi un millar de obras, Pascual González, fallecía el pasado domingo debido a una parada cardiorespiratoria, momento en el que Sevilla salía a la calle a apoyar a la familia y compañeros del artista en los que dejaba un gran vacío.
A primera hora de la mañana se abría en el Ayuntamiento la capilla ardiente del veterano artista, momento en el que empezaban a llegar distintas personalidades, entre ellos, sus compañeros y amigos: Juan Luis Calceteiro, más conocido como “Juani”, Carlos Ruiz, Alejandro Hernández y Diego Benjumea, todos ellos miembros del grupo que el propio Pascual fundaba en el año 1976.
Durante las dos horas de velatorio los cantantes atendían a los medios entre lágrimas recordando el “bonito legado” que dejaba el artista. Juani confesaba estar viviendo “el día más triste de su vida”, mientras que Carlos Ruiz le recordaba ya como su “maestro”. Alejandro Hernández afirmaba querer “seguir hacia delante” y Diego Benjumea se preguntaba qué iba a pasar ahora con el grupo al ser “una noticia que les había llegado de repente” y para la que “no estaban preparados”.
Por su parte, el alcalde de Sevilla también le recordaba como “un poeta, un trovador, que le ha cantado a Sevilla como nadie que hemos disfrutado de sus canciones y lo único que puedo pedir mirando al futuro es que lo sigamos disfrutando con sus letras y sus poemas en su próxima feria”. Además, el regidor se comprometía a “rendir el homenaje” considerando de “justo” el tributo que se merece el autor.
A mediodía las puertas del Ayuntamiento hispalense se llenaban de seguidores que esperaban la salida del féretro para trasladarlo al coche fúnebre que, ya no era uno sino tres, para poder llevar así a la parroquia de San Benito todas las coronas de flores que el artista había recibido de distintas hermandades, partidos políticos y del Real Betis Balompié.
Artistas presentes Cientos de personas esperaban en San Benito para, finalmente, recibir entre aplausos y llantos los restos de Pascual González. Entre el público se veían caras conocidas: Los del Río, Rafael Armacha de Siempre Así, el periodista Carlos Herrera, María José Santiago, Manuel Lombo, Joana Jiménez y Rafael Ruiz, entre otros.
En definitiva, toda una ciudad volcada para despedir al músico que, además de ello y a juicio de Rafael Ruiz, “era un poeta enamorado de Sevilla y de su Semana Santa” y que fue capaz de darle “un giro a la feria”. Todo un artista que puso a España a bailar sevillanas.
