La ciberdelicuencia es un problema preocupante y en alza en España hasta el punto de que en el año 2025 uno de cada cuatro delitos serán delitos informáticos, sobre todo estafas, según ha expuesto Juan Salom Clotet, el jefe de la unidad de coordinación de Ciberseguridad de la Guardia Civil.
En las jornadas CSI Radar sobre ciberseguridad, que se celebran esta semana en Sevilla, ha abogado por fomentar la cultura de la ciberseguridad como la "única forma de frenar el crecimiento" de los delitos informáticos que actualmente suponen uno de cada cinco delitos que se denuncian.
En el año 2025 se producirán unas 150.000 denuncias delitos en internet, es decir uno de cada cuatro, y serán muchos más porque hay un índice alto de delitos ocultos, ha explicado el coronel de la Guardia Civil, quien ha precisado que todos los delitos ya tienen un componente tecnológico.
Ha señalado que la mayoría de los delitos que se denuncian son fraudes en la red o el ciberespacio, donde se detecta un importante índice de delitos ocultos que no se denuncian y que, por tanto, la cifra de ciberdelitos se "bastante más alta", ha señalado.
Además del incremento de la ciberdelincuencia, ha llamado la atención sobre la dificultad para perseguirlos judicialmente por la complejidad de los instrumentos procesales y por el tipo de delincuencia y, en este sentido, ha apuntado que la mayoría de los delitos informáticos se tipifican como no graves con penas inferiores a cuatro años.
Salom ha manifestado que las amenazas en la red son muchas y han ido cambiado en las últimas décadas, ya que en un principio eran delincuentes informáticos individuales que no buscaban un afán lesivo sino notoriedad pública y se centraban en fraudes o pedofilia y a partir de 2022 apareció el fishing (falsificar identidad para acceder a datos bancarios) y con ello desembarca la delincuencia organizada.
En ese momento se entra en una "espiral porque la banca pone medidas contra ese ataque y los delincuentes quieren sobrepasarla" y entran en el equipo informático de la víctima y entonces se dan cuenta de que puedan acceder no sólo a información bancaria sino de todo tipo tanto de personas como de empresas.
Esta evolución ha conducido a que se cometan múltiples delitos a través del ciberespacio como robo de datos, estafa, desinformación, espionaje, al sabotaje, pornografía infantil y blanqueo de capitales, además de la ciberguerra o el ciberterrorismo, según el responsable de ciberseguridad de la Guardia Civil.
