El nuevo presidente de la Diputación de Sevilla, Javier Fernández, asegura que su etapa al frente de la entidad provincial tendrá un carácter “continuista, porque las cosas se han hecho bien” pero quiere una institución “más moderna, ágil y cercana a la gente”, y entre sus retos está el conseguir que la Junta de Andalucía aporte recursos para mejorar en vivienda y en transportes, además de atender esa Gran Sevilla para mejorar los servicios y crear economías de escala “para mejorar servicios y que sean de más calidad”.
Fernández, que estuvo en la entrevista en Noticias 7 Andalucía, aseguró que está dispuesto a “escribir con la mejor letra posible” esa hoja en blanco con la que llega a Diputación, puesto que nunca ha sido diputado provincial a pesar de estar desde el año 96 en la política local, que considera que debería ser una “escuela por la que obligatoriamente” todo los responsables políticos debieran pasar porque aporta “una base muy sólida para tomar decisiones en cualquier ámbito”, de ahí que en su discurso de investidura reivindicara el municipalismo.
Entre sus retos principales, además de hacer esa institución “más moderna, ágil y cercana a la gente”, se encuentra el atender dos necesidades básicas de la provincia, como son la vivienda y los transportes públicos, y considera que la Junta de Andalucía debe atenderla con recursos, que complementarían los municipios en el caso de los planes de vivienda y adaptaciones del PGOU, mientras que en el caso del Consorcio de Transportes, denunció que “funciona mal”. “Son dos grandes déficits, desde la lealtad institucional, la Junta tiene la mano tendida para la colaboración, porque saben que hay mucho margen de mejora”, señaló.
En cuanto a la Gran Sevilla, apuntó que la realidad del área metropolitana “está ahí, no nos la hemos inventado” y hay que trabajar en crear servicios mancomunados y economías de escala para “mejorar servicios y de mejor calidad”, especialmente en transportes, incendios o economía. “Queremos ser protagonistas en su desarrollo junto con los municipios de la corona metropolitana”, decía.
Sobre el hecho de estar gobernando en minoría, defendió que el PSOE tenía “derecho a poder empezar la legislatura” porque ha sido el más votado y porque las derechas no superaban a las izquierdas, aunque reconoció la necesidad de tener un mandado lo “suficientemente estable”. “Vamos a necesitar acuerdos y estabilidad, nos hemos ofrecido a todas las fuerzas para enriquecer el proyecto pero especialmente con Con Andalucía y lo haremos”, aseguró.
También defendió su capacidad para rodearse de equipos para compatibilizar la Alcaldía de la Rinconada, la Presidencia de Diputación y la secretaría general del PSOE en Sevilla. “No he ganado nunca solo, rodearse de gente buena es de listos”, apuntaba, señalando que su proyecto “no es presidencialista, si no un proyecto colaborativo”.
En cuanto a las elecciones generales del 23 de julio y la posibilidad de que Sevilla se convierta en una especie de “resistencia” a los populares, señaló que el PSOE quiere ganar en España, que ante las encuestas no hay que “caer en la autocomplacencia”, advirtiendo de que ya “no existen tanta incondicionalidad y hasta el último día hay que tener ilusión”.
Para Fernández la clave está en la movilización del voto de la izquierda resaltando los aspectos positivos del Gobierno central de coalición, especialmente la reforma laboral y la subida de los salarios.
