Las obras de rehabilitación de las Reales Atarazanas de Sevilla volverán al juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 9, el que autorizó el acuerdo para que se ejecutara el proyecto, tras la presentación de una demanda ejecutiva por parte de Adepa que pretende que sea la justicia la que determine si Junta y Caixa han cumplido, una vía que se considera “más ágil” que pedir una medida cautelar de paralización de obras, que consideran no podrán finalizar si no se actúa en el colector, que provocó la inundación completa del monumento el pasado mes de abril.
Los responsables de Adepa, encabezados por su presidente Joaquín Egea junto con José García-Tapial y Fernando Díaz del Olmo, han cuestionado la “demencial” actuación de la Consejería de Cultura y de la Gerencia de Urbanismo, la primera por “desaprovechar una oportunidad única” para realizar una actuación arqueológica con el mismo “celo” que exige a un particular, y la segunda, por no velar por el cumplimiento de la normativa, además de por La Caixa como responsable de la ejecución, “que debe esperar la autorización” antes de seguir con las obras.
Así, la demanda cuenta con varios pilares básicos, siendo el primero la nula convocatoria de la comisión de seguimiento tras enviar un requerimiento y esperar los dos meses pertinentes. Los otros aspectos son que se autorizó la excavación de las naves, “que no se ha completado”, cuando ya estaba hecha y que el reformado del proyecto, que nunca se comunicó a Adepa a pesar de ser preceptivo, no cuenta con la aprobación técnica de la licencia para ello, un reformado que además no contó con el visto bueno de Patrimonio hasta abril.
Adepa considera que el reformado del proyecto está “viciado de posible nulidad” y que, al margen de que la decisión del juzgado de lo Contencioso pueda determinar paralización o no de las obras, “tendrá consecuencias jurídicas y responsabilidades”, advertían, anunciando que tras este primer paso que consideran “más ágil” que pedir la suspensión cautelar de las obras por otras vías, se preparan otras demandas por incumplimiento de la Ley de Patrimonio y de la LISTA, denunciando que Urbanismo "por acción u omisión" lo está permitendo.
"Hemos caído como tontos, no nos podíamos imaginar que iban a jugar con nosotros”, se lamentaba Joaquín Egea, que advertía que “no nos conocen” y además lanzaba una promesa: “Esto, aunque lo tengan que llevar mis nietos o los de los que estamos aquí, terminará en el Tribunal Supremo. Que no se queden tranquilos”, decía hilándolo también con la reforma del Museo Arqueológico, donde no quieren que se repita lo mismo que está ocurriendo con las Atarazanas, que al pasado del monumento haya que sumar “la obra de Vázquez Consuegra”.
También han alertado que las filtraciones por un colector, que estaba “en pésimo estado” y que generaron las grietas en la Caridad, provocaron tras las lluvias de abril la inundación completa del monumento, que evidenciaron con unas fotografías que no pueden hacer públicas. “La condición para terminar las obras es arreglar ese colector”, además de colocar un muro de contención que, tras reducirse la cota de profundidad a excavar de 4,9 a 2,4 metros, es “más barato”, técnicamente más fácil y se puede hacer con la partida destinada a la propia excavación que se han ahorrado.
García Tapial también ha incidido en que, tras el reformado, ni el recinto amurallado ni la barbacana podrán ser visitables como se planteó, a pesar de que es un edificio "excepcional", con una muralla que es "la madre de las Atarazanas", ni tampoco conocer la cota original, es decir, cómo se hacían los barcos en los antiguos astilleros. Egea resumía: ni se respeta al edificio en todas sus edades históricas ni Cultura ha velado por el cumplimiento de la Ley ni de los acuerdos.
Además de estos aspectos, inciden en que se aumentan de dos a cuatro las puertas abiertas por Dos de Mayo, se alteran la iluminación y el cuerpo de guardia, se instala una nueva escalera mecánica para un mirador en la nave 7 que no se contemplaba y, además, se utilizan materiales que no respetan la identidad del edificio, creando unas naves con cubiertas "que han provocado el rechazo de todos".