Dentro de cuatro días, parece mentira, echará a andar el Real Betis Balompié de la temporada 2012/13. Los tradicionales reconocimientos médicos darán el pistoletazo de salida al comienzo de un curso en el que de nuevo la permanencia será la principal meta verdiblanca. Y con todo a punto de arrancar, casi todo por hacer. Cierto es que estos últimos días han sido muy duros, pero el trabajo se tiene que agilizar ya.
Los futbolistas que no entran en los planes de Pepe Mel (Goitia, Juanito Calahorro, Juanma, Matilla, Salva Sevilla…) siguen sin encontrar acomodo. Lo peor del caso es que por los anteriores no ha llegado ninguna propuesta en firme al estadio Benito Villamarín. Salvo por Salva Sevilla, ni preguntas ni deseos. O el mercado se despierta de aquí al viernes, o el técnico verdiblanco no tendrá más remedio que irse al Nuevo Portil con más futbolistas de los que hubiera deseado en un principio.
Descartes sin destino y anhelos que siguen sin llegar. Mario no termina de rubricar su renovación a la baja y el Saint Etienne no le perdona a Paulao el dinero que le permitiría quedarse en el cuadro de la Avenida de la Palmera. Del futuro de Santa Cruz, mejor no hablar. ¿Y esos jugadores de banda que Mel quería? Juan Carlos y Juanfran son ahora los mejor colocados. ¿Y el músculo para la medular? Parece que con Rubén Pérez basta para suplir la baja de Iriney (el medio centro brasileño sigue sin equipo).
Otra cuestión sin resolver: el inicio de las obras de la ciudad deportiva. Los que mandan presentaron un proyecto tan necesario como faraónico que comenzaría a mitad de junio. A día de hoy, ni un triste albañil en la Avenida de Italia. Mientras más tarde se inicien las obras, más problemas para el día a día cuando el balón comience a rodar de manera oficial.
Muchos interrogantes y tres cuestiones con fecha ya cerrada: la misa en memoria de Miki Roqué (esta tarde en el feudo de la Avenida de la Palmera a partir de las 20:30 horas); la presentación de la campaña de abonados (dentro de 48 horas) y la puesta de largo de Macron (la marca que vestirá al cuadro de las trece barras a partir de este curso (el día cinco). Para lo demás, tocará seguir trabajando de cara a que no se tengan que tomar decisiones a la liguera cuando el personal esté más preocupado por los puntos en juego ante el rival de turno.
