El consejo de gobierno de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado este miércoles ampliar el plazo de las obras para finalizar el nuevo parque de La Ranilla, con la finalidad de proceder en próximas semanas a las plantaciones de arboleda previstas, que no han podido ejecutarse hasta ahora por no existir las condiciones adecuadas de temperaturas. Así, se ha autorizado alargar este plazo hasta el día 30 de noviembre.
De todos son conocidos los problemas acaecidos durante el transcurso de esta obra, iniciada en agosto de 2010 e interrumpida en diciembre de 2011. En junio de 2013, recordémoslo, el entonces Gobierno municipal del PP aprobó una transferencia de 1,5 millones de euros desde el presupuesto del área de Parques y Jardines, a la Gerencia de Urbanismo, en un intento de solventar la paralización que sufrían las obras primero por una modificación del proyecto original, y después por diferencias entre el Ayuntamiento y la adjudicataria por los términos económicos del proyecto.
Tras las fricciones entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria y quedar resuelto el contrato adjudicado años atrás a la constructora 'Copcisa', sin que hubiesen concluido los trabajos, la Gerencia de Urbanismo aprobó en 2014 contratar las labores restantes del parque, las que no había ejecutado 'Copcisa', por un importe máximo de 2.079.537 euros.
El concejal de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, considera al respecto que no es un parque más, sino que marca "un antes y un después" para el barrio y para el conjunto de la ciudad por dos razones principales: una, por la dotación en sí de espacio verde y de esparcimiento para los vecinos, y dos, por su simbología, con referencias constantes a la antigua prisión tan vinculada a la represión franquista y también a las históricas riadas del arroyo Tamarguillo, que han quedado simuladas al diseñar las fuentes.
Según recuerda, el proyecto incluye una completa urbanización de la zona verde prevista en la parcela de la antigua prisión provincial de la Ranilla, conservado el pabellón de ingreso de la antigua cárcel, obra de Luis Aranguren, con un uso previsto también socio-cultural. Se conservará la mayor parte del arbolado actual y se plantarán más de 250 ejemplares de 30 especies arbóreas diferentes, arbustos y flores, de cara al nuevo parque.
La superficie total de esta parcela alcanza los 39.000 metros cuadrados, de ellos 27.000 como zona verde, 5.500 de parcelas residenciales y el resto (6.500), para equipamientos que incluyen el centro cívico, el centro de control y el pabellón de la antigua prisión.