"Llevo el trigo y la carreta / y además yo soy poeta", así se expresa "Tarturro, el burro poeta" (Hiperión), creado por Marta Guijarro, poeta, cuentacuentos y periodista, al que ha dado forma su hermana gemela, María Reyes Guijarro, ilustradora y también cuentacuentos.
Como dice la solapa de "Tarturro, el burro poeta", María Reyes Guijarro "también nació en Sevilla, diez minutos después de Marta", en 1975, si bien el episodio del nacimiento de las gemelas fue eso, un episodio debido a la vida laboral de sus padres, ya que ambas viven en Madrid, muy vinculadas a Cantabria por razones familiares.
Ese vínculo cántabro tuvo mucho que ver en el nacimiento de Tarturro, ya que el abuelo de las gemelas, Segundo, dueño de la burra "Dolores", allá en Santa Olalla de Moyedo, les explicaba cuando eran niñas que el burro, pese a las referencias peyorativas que inspira, es un animal muy inteligente y muy noble.
Aquel discurso caló en Marta, quien muchos años más tarde, para superar una prueba de un taller de literatura infantil se inventó a un burro que hablaba en rima al que llamó "Tarturro" para, ha confesado a Efe, facilitar la consonante con "burro".
Su gemela María Reyes, ilustrada y diseñadora gráfica, fue dotando de rostro, cuerpo y gestos a "Tarturro" y a los personajes que le rodean en sus aventuras y quehaceres, hasta culminar este librito que el editor Jesús Munárriz decidió publicar a la primera con el sello de Hiperión, especializado en poesía.
Marta ha asegurado que desde el primer cuento que protagonizó "Tarturro" hasta las últimas poesías que protagoniza han pasado cinco años porque, como disfruta mucho componiendo sus rimas, las deja reposar para revisarlas posteriormente, una y otra vez.
"Tarturro" "es ingenuo y se siente incomprendido, tiene un sentido del humor peculiar, algo básico, pero irónico, y es bondadoso" y compone por igual nanas, adivinanzas, romances, trabalenguas, 'limericks', retahílas... porque "Tarturro, como poeta, juega y escribe distintas formas de poesía", según su creadora.
En sesiones de cuentacuentos celebradas en bibliotecas y librerías, Marta ha comprobado la eficacia de "Tarturro" porque "a los niños, en general, la rima y la poesía les gusta, les hace mucha gracia y la disfrutan mucho".
La poeta se ha extrañado de que, pese a esta eficacia, "la poesía se use poco con los niños, cuando es esencial; su ritmo y su musicalidad es muy fácil que les llegue; aunque a veces no alcancen el significado de las palabras, se quedan con el ritmo; sucede igual que con los trabalenguas y los juegos de palabras".
También ha destacado lo mucho que aporta a los niños el lenguaje metafórico y las imágenes poéticas, que tanto se emplean en las adivinanzas, que también suelen entusiasmarlos.
Aunque tratándose de un burro en una de las poesías de "Tarturro" no podía faltar una alusión a "Platero", Marta ha aclarado que la de "Platero" "es una visión poética diferente, más triste, melancólica", como también la hay al rucio de Sancho, el de La Mancha, en el poema titulado "Yo y otros burros".
La ilustradora María Reyes Guijarro ha explicado que "Tarturro" está hecho "a la manera tradicional, cocinado a fuego lento" y las ilustraciones quieren mostrar a "un burro muy humano, que disfruta de la vida y de la gente; "Tarturro", así como los personajes que están retratados están contentos, son entusiastas y soñadores".
Sobre estas ilustraciones en blanco y negro y de trazo limpio ha añadido que ha tratado de que "tengan algo de misterio, algo extraño que no se explica muy bien; me gusta que las imágenes escondan una pequeña historia, que el lector pueda inventarla".