Ya queda menos para el desbloqueo definitivo de las Reales Atarazanas. La Junta se ha comprometido con la entidad conservacionista Adepa a que el acuerdo pactado entre ambas partes, tras más de nueve meses de negociaciones, para la rehabilitación de los antiguos astilleros esté redactado y firmado antes del 31 de julio. Así se lo ha trasladado la viceconsejera de Cultura, Marta Alonso, a representantes de Adepa durante un encuentro mantenido en la mañana de este jueves y al que también ha asistido el secretario general de Cultura, Eduardo Tamarit, persona clave durante la negociación.
Según ha trasladado a Viva Sevilla el presidente de Adepa, Joaquín Egea, la reunión mantenida este jueves ha servido para hacer un repaso de todo lo acordado hasta ahora entre la Junta (propietaria del monumento) y los conservacionistas, aspectos que quedarán plasmados en un documento final con quince puntos y que en estos momentos está redactando la Consejería de Cultura. La idea es que dicho convenio sea revisado por los servicios jurídicos de la Junta y por la propia Adepa cuanto antes para que la firma del documento se produzca antes del 31 de julio. Del cómo y el cuándo de la rúbrica del acuerdo aún no han trascendido detalles y la única certeza es que estará encabezada por el nuevo consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez.
"El encuentro ha sido muy satisfactorio y la viceconsejera nos ha asegurado que la firma será antes de que termine julio", ha señalado a esta publicación Egea, explicando que el tiempo apremia ya que la semana pasada solicitaron al juzgado una prórroga de 60 días para atrasar la vista por el recurso contra la licencia de obras otorgada para las Atarazanas, que Adepa interpuso en mayo de 2016. Y es que el juzgado trasladó a los conservacionistas a principios de julio el inicio de los pasos previos para la vista por dicho recurso por el cual el juez dictó la suspensión cautelar de las obras. Una vez que el acuerdo sea firmado, el documento será remitido al juez para que lo homologue, es decir, para que el acuerdo tenga “naturaleza de sentencia”, y se cierre así el proceso judicial que hasta la fecha había impedido comenzar los trabajos para la rehabilitación de los astilleros.
En paralelo a todo este proceso, el estudio del arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra ya ha comenzado a realizar las modificaciones pactadas en el proyecto inicial por el que las Atarazanas se van a convertir en un nuevo centro museístico de la ciudad. Desde Cultura han trasladado a Adepa que la previsión es que dicho proyecto esté completamente modificado en diciembre para poder empezar las obras a inicios del año que viene. "Queremos que la primera reunión de la comisión de seguimiento de Atarazanas (constituida por técnicos de la Junta y de Adepa) se produzca con el proyecto arquitectónico ya completamente adaptado", indicó Egea.
Cerrado el proceso judicial, y ya sin suspensión cautelar, las obras en Atarazanas podrían comenzar una vez que el nuevo proyecto de obras obtenga el visto bueno de la Comisión provincial de Patrimonio y una nueva licencia por parte de Urbanismo.
Modificaciones sustanciales
Varios fueron los últimos escollos a superar para llegar a dicho acuerdo entre la Junta (propietaria de los antiguos astilleros) y Adepa. Unas escaleras de evacuación planteadas sobre la nave cuatro del monumento (una de las centrales) y el cuerpo de guardia fueron los últimos flecos que ambas partes tuvieron que perfilar para cerrar la negociación y llegar al acuerdo que contiene quince puntos.
Tras casi nueve meses de negociaciones entre ambas partes se fueron sucediendo y enumerando “modificaciones sustanciales” en el proyecto original. En el actual se van a acometer varias excavaciones entre las que se incluyen un gran corredor arqueológico en forma de letra L de cerca de 1.400 metros de longitud y de cinco o seis de profundidad en torno al cuerpo amurallado al que se podrá descender para poder observar la barbacana o antemuro almohade de 1121 y la muralla almorávide del siglo XI, además de excavar en las naves seis y siete.
Además, Cultura accedió a mantener los cuerpos altos de las naves dos y cuatro para albergar dos salones de actos y una sala de exposiciones, y la de desmontar e inutilizar los cuerpos altos de las naves seis y el que está sobre la muralla. “Una solución intermedia, dos de las naves superiores permanecerán y las otras dos serán sustituídas por una cubierta ligera (no serán transitables) y se llevará a cabo una modificación de los pesos para aligerar a la estructura del edificio”, explicaron fuentes de la Consejería.
Además de las cuestiones con las naves de la planta superior y de las dos grandes excavaciones añadidas al proyecto original de Atarazanas que la Junta ha concedido a Adepa, previamente, Cultura ya había accedido a realizar una serie de “modificaciones sustanciales”, tales como cambiar el sistema de cimentación a través de micropilotes para evitar perforaciones, a eliminar la cafetería de la planta superior y a cambiar la entrada del monumento a su acceso histórico por la calle Temprado en vez de por Dos de Mayo.
Además, los conservacionistas habían logrado arrancar a Cultura la posibilidad de conservar la techumbre de la antigua fundición de los astilleros, que ya fue rehabilitada por la Junta en el 2004 con un coste de 490.000 euros.
Entre los últimos puntos del acuerdo estarían la eliminación de las escaleras mecánicas que en el proyecto original iban a estar ubicadas en la nave central para poder subir a la planta superior. La Junta se comprometió también a recuperar las cerámicas del siglo XVIII que había en la entrada del monumento y a mantener el juego de luces y de sombras característico de las Atarazanas.