A veces la música da sorpresas agradables y un ejemplo claro es la presentación de esta arriesgada apuesta en la que la voz de Paz de Alarcón, la batería y coros de Juan Luis Corrientes, la guitarra eléctrica de Eduardo Cruz (Pitu) y el bajo de Raúl Cejas (Baron Samedí) dan vida a una fusión nunca antes intentada en el panorama musical. Se trata de unir la copla más tradicional a los ritmos rockeros. Solo la banda sevillana Calambres ha desarrollado algo parecido, aunque no igual, ya que la fórmula empleada es radicalmente diferente.
Una aventura que, sin duda, tendrá continuidad, sobre todo si nos atenemos al rotundo éxito que se apuntó el espectáculo ofrecido el pasado martes día 4 de diciembre en el Espacio Turina.
No fue por casualidad la elección de esta histórica fecha, ya que durante todo el espectáculo hubo alusiones directas a un recuerdo, que aunque bastante olvidado en el panorama político, sí sigue estando muy presente en la mente de millones de andaluces.
Un escenario completamente a oscuras, y una sala repleta, contemplan la entrada, silenciosa, de Beatriz Pascual, trompeta en mano, y Juan Espiga Ruiz, con su corneta como compañera. Comienzan los primeros sonidos, suaves, que dan paso a la intervención de José Luis Ortiz Nuevo, que como padrino comienza una introducción en la que recuerda la fecha del 4 de diciembre y sin decirlo, reconoce que había cambiado su discurso a última hora, ya que, según sus palabras “Del 1 al 4 de diciembre han pasado muchas cosas en Andalucía, y ¡que cosas…!”, en clara alusión a los sorpresivos resultados de las recién celebradas elecciones andaluzas.
Genial como siempre, Ortiz Nuevo, mientras desaparece lentamente del escenario, pregona a los cuatro vientos y varias veces, "¡Y quién paga tó esto!”, su original forma de presentar la canción que abría el show, “La Bien Pagá”, tema que arrancó los primeros aplausos de un respetable que empezaba a digerir lo que estaban viendo, una fusión musical novedosa y que caló hondo desde el primer momento.
Apoyados en la espectacular voz de Alba Fernández a los coros, se fueron sucediendo canciones que iban subiendo el nivel de aceptación, y entendimiento, de lo que estaban presenciando, de un público cada vez más entregado.
Canciones como Procuro olvidarte, Maruja Limón, Señora, Se nos rompió el amor o un Te estoy amando locamente, que las propias Grecas aplaudirían, terminaron por convencer a Sevilla de que esta arriesgada apuesta musical ha llegado para quedarse.
No faltó, en boca de Paz de Alarcón, esa especie de mantra, esa frase que expresa el pensamiento, y el sentimiento, de The Miarmers, “Nos gusta el rock y la copla, la tradición y la vanguardia, lo barroco y lo minimalista, la Macarena y la Trianera, el Betis y el Sevilla, las codornices de “Ruperto” y el plancton de Ángel León”, que según ellos es la esencia de Andalucía.
Llegó uno de los momentos estelares de la noche cuando a todos se nos aparecieron las grandísimas Imperio Argentina y Lola Flores en la mente al escuchar los primeros acordes de Échale guindas al pavo, canción que llevaba consigo una coreografía que incluía la aparición en el patio de butacas del bailaor Marcos Vargas, que con indumentaria de la Benemerita, preguntaba a los presentes, “Donde está ese pavo”, ante la incredulidad de los sorprendidos asistentes. Las risas fueron generalizadas cuando en un palco en las alturas de la Sala Silvio, del Espacio Turina, se escuchó la voz de Alicia Acuña, que se dirigió, con una sublime y cómica saeta, al presunto guardia civil, que terminó subiendo al escenario para desplegar todo su arte ante, recibiendo una sonora ovación.
El concierto prosiguió, ante constantes cambios de vestuario de la vocalista, con las canciones Cómo una ola, Soy una feria y Se acabó, ante continuas muestras de aceptación del público y no menos constantes comentarios de Paz de Alarcón, que no se cansaba de agradecer la asistencia y aplausos pero tampoco de animar a los presentes a que se levantaran y cantaran con ella. En esta etapa de la actuación disfrutamos con las apariciones en el escenario de la bailaora Asunción Perez “Choni” y de Elías Pelayo.
Con una platea entregada sonaron los acordes de Marinero de luces, con la que la banda dio por terminado un concierto de presentación que quedará, por mucho tiempo, en las retinas de los privilegiados que tuvieron la oportunidad de disfrutar de un espectáculo completo, sólido, bien trabajado y original que contó con la dirección escénica de Alex Peña, el diseño de luces de Manuel Colchero, el diseño de sonido y técnicos sonido de Rafael Sánchez Castro, José Manuel Sánchez Castro y Rafael Gómez. La fotografía fue de Curro Medina, la grabación de video a cargo Víctor Gómez Santos y Margi Espinoza Barbero, y el vestuario, para Paz de Alarcón, de Azabache. Todo dentro de una genial producción de Tabacasol.
La copla y el rock forman parte de una nueva vuelta de la tuerca de la fusión musical española, con denominación de origen Sevilla, que invita sin tapujos a disfrutar de la música sin prejuicios, disfrutando de la calidad y de la originalidad de The Miarmers, que ya forman parte, por derecho propio, de la historia de la música sevillana, andaluza y española.