El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Delegación de Gobernación y Fiestas Mayores, elevará al Pleno próximamente, una vez que se realice el análisis de las propuestas presentadas en el amplio proceso de participación, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, el "mayor documento de planificación de la movilidad que se ha puesto en marcha en la ciudad en las últimas décadas y que tiene como objetivo marcar una estrategia para Sevilla hasta 2030". Este plan, que parte de un "completo diagnóstico" de la situación basado en datos y encuestas, tiene entre sus objetivos el desarrollo de un nuevo modelo de transporte público, una estrategia metropolitana de la movilidad, avanzar hacia una ciudad más habitable y accesible y lograr la reducción de las emisiones y la contribución a la lucha contra el cambio climático.
El Ayuntamiento de Sevilla aprobó su último plan de movilidad urbana sostenible en el año 2012 durante el mandato del PP "con un documento que no se basó en ningún estudio previo, que tiene una tramitación en el expediente de una semana y que no se sometió a procedimiento alguno de participación", asegura el Ayuntamiento en un comunicado. El Ayuntamiento encargó en el pasado mandato la elaboración de un plan de movilidad urbana sostenible que tuviera como base un diagnóstico de la ciudad, que tuviera distintas fases de participación y que articulara una "estrategia real y concreta para la mejora de la movilidad y la reducción de las emisiones".
El documento parte de una primera fase de diagnóstico de los flujos de desplazamientos desde fuera de Sevilla (es decir, desde el área metropolitana) hacia la ciudad y dentro de la propia ciudad, con análisis específicos además de los desplazamientos existentes en cada uno de los distritos y entre estos. Para ello, se realizaron 47.000 encuestas técnicas en domicilios, principales vías de circulación y a pie del transporte público para mostrar cuáles son los patrones de la movilidad y las necesidades reales de viajeros y peatones. A esta metodología de encuestas se han sumado otras fuentes estadísticas y registros oficiales. Esta fase de diagnóstico fue sometida a un proceso de participación y difundida públicamente, con total transparencia, al contrario de lo que ocurrió con el documento elaborado en el año 2012 por parte del gobierno del PP.
De este diagnóstico se extrajeron entre otras conclusiones la dependencia existente del vehículo privado que protagoniza el 40% de los desplazamientos así como el peso de los trayectos realizados desde el área metropolitana a la ciudad (un 46% del total). Además, se ha analizado el volumen de emisiones de CO2 provocadas por el tráfico en la ciudad que se sitúan en 1,3 toneladas por habitante, una cifra superior a otras grandes capitales principalmente provocada por el uso del coche.
Con esta base, se elaboró un documento de propuestas que sitúa tres objetivos generales en el diseño de la movilidad de la ciudad que deben ejecutarse garantizando un modelo de desarrollo sostenible en todas sus vertientes (social, medioambiental y económico) que tiene como principios básicos garantizar desplazamientos en un medio de transporte con una media de 20 minutos, combatir el cambio climático y reducir las emisiones en Sevilla en un 55% y la integración del modelo de movilidad sostenible del área metropolitana.
Partiendo de estos tres objetivos generales y con una línea básica de actuación de fomento de la movilidad peatonal, ciclista, en transporte público o en vehículos no contaminantes, el documento de propuestas del Plan de Movilidad Urbana Sostenible establece una amplia batería de medidas que tienen como objetivos específicos que 2/3 partes de los desplazamientos se realicen de forma sostenible (peatón, bici y transporte público) y sólo una tercera parte en coche, lograr un sistema de transporte más eficiente con un tiempo modo desplazamientos en un medio de 20 minutos y un máximo de 25, mejorar la integración del sistema de transporte de Sevilla y el área metropolitana, incrementar la cuota de vehículos privados de 0 emisiones y que alcance el 10% en 2030 y que el 75% del transporte público se realice en vehículos de 0 emisiones.
Para la ejecución de estos objetivos, el Plan aborda la movilidad de la ciudad desde una perspectiva integral y en consecuencia establece las actuaciones propuestas divididas en ocho bloques que se abordan tanto desde una perspectiva de la movilidad metropolitana como la que se realiza en el interior de la ciudad: la Gestión de la movilidad, la movilidad peatonal, la movilidad ciclista, el transporte público, la distribución de mercancías, lo viarios y circulación de vehículos, la política de aparcamientos y el apoyo a la descarbonización en el transporte.
Entre otras medidas, el plan incorpora la delimitación de áreas de tráfico restringido, un nuevo modelo de carga y descarga específicamente para el Centro y Triana, la reordenación de la circulación viaria para una mayor fluidez con medidas de calmado de tráfico y reducción del paso de vehículos en determinadas vías, la aplicación de las medidas incorporadas en el programa de la bicicleta, una red de itinerarios peatonales distribuidas por toda la ciudad, un modelo de transporte público basado en la intermodalidad o el impulso del vehículo eléctrico.
Dentro de ese documento de propuestas, se ratifica la urgente necesidad de la ciudad de Sevilla de disponer de una red de transportes públicos de alta capacidad con infraestructuras que den respuesta óptima a la alta demanda de viajes de los barrios más alejados del centro urbano y del área metropolitana. Se incorpora un análisis de la intermodalidad y de las posibilidades de combinación de distintos medios de transporte público de gran capacidad. En ese modelo hay distintas opciones de diseño que combinan las líneas 2, 3 y 4 de Metro, el Tranvía, el Cercanías, las líneas de Tussam, las BTR o las líneas del consorcio metropolitano de transportes, que son competencia de distintas administraciones.
Las medidas se han sometido a un proceso de exposición pública después de haber sido analizadas ya con los grupos políticos de la Corporación, el Consejo Económico y Social de Sevilla, el comité ejecutivo del Plan Estratégico Sevilla 2030, los colegios profesionales o instituciones como la Junta de Andalucía. A partir de ahí se abrió un proceso de participación del que se extraerán todas las mejoras y aportaciones al documento como corresponde en un expediente de participación ciudadana y de planificación de la ciudad para los próximos años y a partir de ahí se someterá a votación y a aprobación. El objetivo es la implementación de estas medidas a lo largo de la próxima década.