En un país donde la comida y la bebida son una parte integral de la cultura, el vermut ha vuelto a tomar el centro del escenario y es protagonista de muchas mesas de bares y restaurantes. En España, el auge del terraceo es una tendencia muy marcada cuando llega el buen tiempo y la primavera.
La cultura de la terraza se ha arraigado profundamente en la sociedad, y se ha convertido en una forma popular de disfrutar del tiempo al aire libre, socializar y relajarse. La amplia oferta gastronómica y de bebidas es, y siempre ha sido, uno de los principales impulsores de esta cultura española: cervezas, vinos, cócteles, sangrías, refrescos y, más recientemente, el vermut, que está viviendo una auténtico resurgir en nuestros bares y bodegas.
Esta bebida aromatizada con hierbas y especias, que alguna vez fue considerada una bebida anticuada, ha reaparecido en los últimos años, convirtiéndose en una de las bebidas de moda.
El resurgir del vermut se ha visto impulsado, entre otros factores, por una tendencia hacia los productos artesanales y de alta calidad. Los consumidores están cada vez más dispuestos a pagar por calidad, tal como indicaban estudios como el de Journal Research Consumer, los cuales afirmaban que el sentimiento de nostalgia empuja a gastar más. Paralelamente, el estudio llevado a cabo por la Universidad de Arkansas también asegura que el gasto del consumidor es mayor cuando consideramos el producto local ya que lo relacionamos con una mayor calidad.
Jean-Noël Reynaud, CEO de Magellan & Cheers, un grupo internacional que ha adquirido el vermut Perucchi, asegura que “especialmente en los dos últimos años hemos visto un auge del consumo de vermut, particularmente destacable en el segmento de calidad “premium” del mercado”. Reynaud también destaca que Perucchi, como pionero en España “debe tener un papel protagonista en el movimiento”.
Además de histórica, el vermut es una bebida que se presta a una experiencia de consumo social. Es perfecto para disfrutar en una terraza con amigos o familiares, y su versatilidad significa que se puede beber solo o mezclado en cócteles. Se ha convertido en una bebida popular en los bares y restaurantes de toda España, y muchos de estos establecimientos han comenzado a ofrecer una selección de vermuts artesanales en su carta. David y Carlos Montero, del Bar Bodega Quimet, en Barcelona, explican que desde que empezaron, en 2010, es innegable que se ha presenciado un crecimiento notable en la demanda del vermut y no dudan en afirmar que esta bebida “está viviendo una de sus épocas doradas”. Además, los hermanos Montero también atribuyen este resurgimiento a un cambio de preferencias de los consumidores. Según ellos, hay consumidores que buscan la calidez de locales como las bodegas de barrio de toda la vida, donde uno de los principales atractivos es el vermut, que ellos sirven “en un vaso estrecho, con una aceituna rellena pinchada en un palillo”.
Años atrás era complicado encontrar en bares etiquetas de vermut que no fueran la internacional y reconocida marca Martini. No obstante, en este resurgir del vermut se han recuperado importantes actores: en España es complicado entender este auge sin mencionar marcas como Yzaguirre, Lustau, Miró o Perucchi, que, además de recuperar la sagrada “hora del vermut”, ofrecen al consumidor un producto artesanal y local. Cierto es que, aunque el italiano Martini sigue siendo líder en cuota de mercado española, estas marcas de proximidad, algunas respaldadas por grandes bodegas y otras de carácter muy local, han conseguido irrumpir en el mercado y plantar cara al rey de la categoría.
En definitiva, el vermut ha vuelto a ponerse de moda en España, y las marcas icónicas han desempeñado un papel importante en este resurgimiento. Con su sabor versátil y su capacidad para adaptarse a diferentes gustos y ocasiones, todo indica que el vermut español seguirá siendo una bebida popular y emocionante durante muchos años más.