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Sábado 30/11/2024
 
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sociedad

Víctima de los 'bebés robados': "Me sedaron cuatro días para quitarme a mi hijo"

"Me sedaron cuatro días después. No para dar a luz, sino para quitarme a mi hijo. Eso fue un crimen. Una enfermera se lo llevó para lavarlo y no le volví a ver. Me dijeron que se había muerto. ¡Eso quién se lo cree!", ha señalado

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  • Sucesos. -

Inés Cerecedo, una de las madres afectadas por el 'caso de bebés robados', ha ratificado este miércoles ante el juez de Instrucción número 8 de Madrid la denuncia que interpuso hace ya dos años para investigar la desaparición del hijo que tuvo en la Maternidad de O'Donell en 1964, un bebé que le arrebataron días después de dar a luz tras inyectarla un fuerte sedante que le dejó aturdida.

   "Me sedaron cuatro días después de parir para quitarme a mi hijo. Así evitaban que protestara, que gritara, que diera la nota. Me dejaron quince días que no era yo", ha manifestado la mujer a la salida de los juzgados de Plaza de Castilla, donde ha estado arropada por varias víctimas de la asociación SOS Bebés Robados.

   Cerecedo no era una mujer soltera, sino que estaba casada con el que fuera su jefe en la empresa Manufacturas Metálicas Madrileñas, situada antiguamente en el barrio de Usera, y con el que tuvo otros tres hijos, todos ellos rubios con ojos azules. Ella no respondía al patrón general de víctimas, ya que estas solían ser madres solteras. Pero, según su testimonio, su hijo sí respondía a las demandas de aquella época.

   En este caso, la mujer ha relatado que dio a luz a un niño sano de 5 kilos en la Maternidad de O'Donell en 1964. Recuerda que fue un parto doloroso, ya que el niño estaba de nalgas y se lo tuvieron que colocar. La mujer ha contado que amamantó a su pequeño durante cuatro días.

   "Me sedaron cuatro días después. No para dar a luz, sino para quitarme a mi hijo. Eso fue un crimen. Una enfermera se lo llevó para lavarlo y no le volví a ver. Me dijeron que se había muerto. ¡Eso quién se lo cree!", ha señalado.

   Según la mujer, una enfermera le inyectó por vía venosa pentotal sódico, un fuerte anestésico. "Me vendaron por la cintura hasta los hombros. Me dejaron como Tutankamón. Así estuve quince días", ha indicado

   "Yo no lo enterré. Quiero saber donde está. Que me den un dato. Yo no voy a intervenir en su vida. Las que adoptan deberían decir de dónde vienen sus hijos", ha señalado.

   Por otro lado, también ha comparecido ante el juez María José Callejo por la desaparición de dos hermanos, en 1972 y 1077.

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