Los Mossos d'Esquadra han detenido a un vecino de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) de 27 años, como presunto autor de delitos de violencia física y psíquica, detención ilegal, agresión sexual, amenazas y faltas de daños y injurias, tras retener contra su voluntad y agredir física y sexualmente a su pareja.

Según ha informado este sábado la policía catalana en un comunicado, el agresor fue a buscar el 18 de febrero a la víctima --con quien mantenía una relación de dos meses-- y la retuvo en una habitación de su domicilio familiar durante una semana, agrediéndola, insultándola y amenazándola de muerte a ella y a su familia.

El intendente jefe de los Mossos, Ramón De San Eufrasio, ha explicado en declaraciones a los medios que el chico la tuvo retenida en una habitación de un metro y medio por dos metros de capacidad, y mandaba mensajes a los padres de la víctima haciéndose pasar por ella.

El agresor accedió a dejarla ir a su casa a recoger algunas pertenencias, y la amenazó con hacer daño a sus hermanos si no volvía.

La víctima, de 21 años, pudo huir en una ocasión del domicilio, después de que su agresor olvidara cerrar la puerta con llave, pero la madre del autor vio a la chica salir y avisó a su hijo para que la volviera a retener.

Los agentes detuvieron al agresor el 28 de febrero, con la colaboración de la Policía Local de Sant Vicenç dels Horts, después que la víctima pudiese escapar "engañando" a los padres del agresor, diciéndoles que iba a su casa a buscar sus pertenencias y volvía.

LO JUSTIFICÓ PORQUE "LA QUERÍA"

El agresor se encontraba escondido bajo una litera entre un montón de ropa y, tras ser detenido por un amplio dispositivo policial, justificó sus actos afirmando "que la quería".

Según De San Eufrasio, los padres del autor también fueron detenidos por colaborar con los delitos que realizaba su hijo, siendo plenamente conscientes de la presencia de la chica en una habitación de su casa, y mintiendo sobre su paradero cuando los padres de la chica acudían al domicilio a preguntar por ella.

El detenido, al que los Mossos llevaban dos años "siguiendo la pista", y que acumula cuatro antecedentes por delitos de violencia de género sobre tres parejas anteriores y de todas ellas tiene órdenes de alejamiento vigentes, pasó a disposición judicial y ha ingresado a prisión, mientras que sus padres han sido puestos en libertad con cargos.