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El efecto bandera

Todo lo que sube el PSOE sería a costa principalmente de Unidas Podemos y en el otro bloque todo lo que sube el PP es a costa de VOX o viceversa

Publicado: 12/04/2020 ·
13:14
· Actualizado: 12/04/2020 · 13:14
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Autor

Juan Miguel Becerra Vila

Doctor en Pensamiento y Analisis Político. Consultor electoral y Director de SW Demoscopia

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Spanish coffee es un blog en el que el autor analiza la actualidad política del panorama nacional

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El efecto bandera es un concepto utilizado en la ciencia política y en las relaciones internacionales para tratar de explicar el mayor apoyo popular a corto plazo del Primer Ministro o Presidente de un país durante los períodos de crisis o guerra internacional. El apoyo de la oposición al Gobierno -o una menor crítica- en períodos de graves crisis o guerras suele pasar factura, paradójicamente, a la propia oposición por entender una buena parte del electorado que la gestión gubernamental es la correcta en esos momentos de dificultad para todo el país.

En el caso de Gran Bretaña a finales de marzo, y por primera vez desde que se convirtió en primer ministro en julio, los apoyos de Boris Johnson superan en número al de sus detractores. Solo un tercio de los electores, el 33%, tenía una opinión favorable de Johnson en su primera semana en el cargo, mientras que un 54% tenía una opinión negativa. En plena crisis del coronavirus estos números han dado la vuelta y muestran que ha habido un cambio en la aprobación pública. Ahora, con ochenta mil casos y nueve mil fallecidos, algo más de la mitad de los británicos, el 55%, tienen una opinión favorable del Primer Ministro y solo un poco más de un tercio, el 35% una opinión desfavorable.

A principios de febrero Emmanuel Macron mantenía un apoyo en torno al 33% de los franceses. En estos momentos con cerca de catorce mil fallecidos por coronavirus en Francia su popularidad ha subido once puntos hasta el 44% según la consulta Ipsos entre otras. En Italia, foco inicial de la crisis sanitaria y económica que golpea a Europa y habiendo alcanzado los veinte mil fallecidos, la confianza pública en el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, ha alcanzado el 40%, mientras que el líder de la oposición y ex primer ministro, Matteo Renzi, solo tiene un índice de aprobación del 12%. La popularidad de Donald Trump, en medio del tsunami de casos y muertes que ha llevado a los Estados Unidos a convertirse en el primer país en número total tanto de infectados como de fallecimientos, está ahora mismo en el 48% frente al 43% del mes de enero. Todos estos son ejemplos del valor del efecto bandera.

Lo que ocurre en nuestro país parece que se aleja significativamente de lo que sucede en estos países. Las últimas encuestas publicadas en estas dos últimas semanas no ofrecen una misma línea de crecimiento para la labor del gobierno de Pedro Sánchez. El CIS, Sigma Dos, Invymark y Key Data, que realiza una proyección electoral y no una encuesta, valoran al alza la estimación de apoyos al PSOE con respecto a las elecciones del 10 de Noviembre. Por otro lado, Electopanel, SW Demoscopia, DYM/Henneo, SyMConsulting y Demoscopia Servicios apuntan en sentido contrario. La única realidad que permanece invariable en España es la suma de porcentajes entre bloques. Existe casi consenso en todas las encuestas en este sentido. Todo lo que sube el PSOE sería a costa principalmente de Unidas Podemos y en el otro bloque todo lo que sube el PP es a costa de VOX o viceversa.

En todo caso, lo realmente llamativo desde el punto de vista demoscópico es la excepcionalidad del caso español. Al margen de valoraciones partidistas llama la atención que ante una crisis sanitaria, social y económica de primer nivel en todos los países mencionados el único gobierno que no resulte claramente beneficiado del efecto bandera sea el español. Las consideraciones sobre si la gestión es pésima, la que se puede hacer o directamente criminal como apuntan desde algunos sectores se repite en todos estos países. Boris Johnson, Conte, Macron o Trump sufren fuertes acusaciones por parte de alguna parte de la prensa de su país pero no reciben los abruptos y acusaciones que aquí se leen por parte de alguna oposición porque es verdaderamente impensable que esto ocurra en estos sistemas. No, Biden no acusará de criminal a Trump por su gestión de la pandemia del coronavirus, ni siquiera Marine Le Pen a Macron. Quizás esa sea la particularidad de España, o la de las dos Españas.

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