El 2l de enero de 1934 amaneció el día memorable de la colocación de la primera piedra del Colegio de Huérfanos de Ferroviarios en Torremolinos. La esplendidez del cielo y la agradable temperatura reinante hicieron que la asistencia al significativo acto fuera multitudinaria. Se fletaron trenes especiales que, desde la capital, conducían a los ferroviarios y a sus familias, así como a las numerosas personalidades de la vida pública y a los representantes de la prensa, a Torremolinos. Desde Madrid se desplazaron el Ministro de Instrucción Pública, Sr. Pareja Yébenes, el Subsecretario Sr. Armasa y el Director general de Ferrocarriles Sr. Montaner y, desde Málaga, el Alcalde Sr. Entrambasaguas y el Gobernador civil Sr. Insúa, entre otros, siendo recibidos calurosamente a los acordes del Himno Nacional que interpretaba la Banda Municipal de Málaga.
Concentrada la multitud en el privilegiado terreno destinado a albergar el nuevo Colegio de Huérfanos de Ferroviarios en Torremolinos, y tras el oportuno saludo de bienvenida a los asistentes al singular acto de colocación de la primera piedra, uno de los Consejeros del Colegio leyó el acta que correspondía a la solemne ocasión:
"En la ciudad de Málaga y en el solar adquirido por el Colegio de Huérfanos Ferroviarios para edificar el segundo Internado de su Institución… (A continuación menciona los nombres de las autoridades presentes, de los representantes de los Ferrocarriles y de los Directores, Delegados y Consejeros del Colegio de Huérfanos. Finalizada la relación nominal). El acta concluye: …colocaron la primera piedra de este edificio para Colegio de Huérfanos de Ferroviarios el día 21 de enero de 1934, firmando la presente acta que da fe de esta solemnidad".
Leída el acta y firmada por todos los nombrados, fue encerrada en un pequeño cofre, junto con los periódicos locales del día. A continuación los firmantes se situaron en el lugar sobre el que se levantaba la cabria o pequeña grúa de la que pendía la primera piedra y depositaron el cofre en la zanja abierta bajo ella. Tras arrojar cada uno de los que habían firmado una paletada de mezcla sobre la caja memorial, se hizo descender la piedra conmemorativa, al tiempo que, sumidos los presentes en honda emoción, interpretaba la Banda el Himno de Riego.
Reintegradas las autoridades a sus respectivos asientos en la suntuosa tribuna al efecto levantada, el Presidente del Consejo de Administración del Colegio de Huérfanos, Sr. García Orive, dirige una alocución a los allí congregados, alocución mediante la cual reitera su agradecimiento a las autoridades por su presencia, al tiempo que, como cita después en el Boletín Oficial del Colegio de Huérfanos de aquel mismo mes, "expresa su satisfacción por la brillantez con que se celebra la colocación de la primera piedra de la sucursal Sur del Colegio de Huérfanos y se enorgullece de ello, no por la extensión que representa construir otro nuevo establecimiento, sino por la importancia que tiene en sí la obra que se realiza y que resulta en la práctica de tanta trascendencia".
De este primer discurso pronunciado aquel célebre día cabe destacar:
"Esta es la culminación de una obra nuestra, de la que estamos orgullosos y en la que no descansaremos hasta conseguir todo lo que deseamos. Hoy no creamos nada, sino que continuamos una obra grandiosa de los ferroviarios españoles, como es el Colegio que tenemos en Madrid, ya que éste, en el que ahora se coloca la primera piedra, es una sucursal de aquél… Cuando en España no es todavía casi más que un bello ideal pedagógico la escuela única, la clase ferroviaria lo ha llevado a la práctica con rotundo éxito, pues nadie ignora que nuestras filas se nutren igualmente con el modesto obrero de la vía… que con el acomodado ingeniero, arquitecto o abogado que presta sus servicios en las Empresas del ferrocarril; y cuando un huérfano llama a nuestras puertas es acogido en los brazos cariñosos del profesorado…"
El Ministro Sr. Pareja Yébenes, al finalizar el acto, expresó: "La obra grandiosa que van ustedes a construir a las puertas de la ciudad es mi mayor satisfacción… Una obra maravillosa y brillante por su emplazamiento y por su propósito. Habéis colocado la primera piedra de este edificio frente al mar. Frente a ese mar… por el que también salieron durante siglos lo mejor de nuestras inteligencias y de nuestra cultura…"
Aquella grandiosa obra que fue el Colegio de Huérfanos de Ferroviarios de Torremolinos, taller y escuela a la vez, como reza su Himno, acogería en su seno, hasta 1973, a centenares de huérfanos, especialmente niñas, que habrían de beneficiarse plenamente de la instrucción dispensada en sus aulas, a la vez que del afecto de las monitoras que las cuidaban y educaban, quienes les fueron genuinas madres y hermanas.