Finlandia es una República desde el año 1917, cuando se independizó de Rusia un 6 de diciembre – día en el que los fineses celebran su más importante festividad- por lo que el país aún no tiene un siglo de historia. Es un país “joven” en el que sus moradores son responsables, tranquilos, educados, introvertidos y un poco tímidos, así que si exceptuamos su generalmente pelo muy rubio y piel clara que destacan como una luz entre los ruidosos y morenos mediterráneos, los finlandeses no son vecinos que llamen mucho la atención, por lo que sorprende que sean tantos entre nosotros ya que según el Instituto Nacional de Estadística, casi 7.000 finlandeses están empadronados en la provincia malagueña, situándose en el sexto lugar en número de extranjeros comunitarios. Y además de la población residente, hay otro número elevado de compatriotas que acude a la Costa del Sol por temporadas más o menos largas, aunque no de forma definitiva. Por su parte, el consulado en Málaga eleva esta cifra unos 25.000 o 30.000 entre residentes y población flotante de larga duración, afincados entre Marbella y Torremolinos.
De este modo, el destino favorito español de los finlandeses es Málaga (junto a Canarias si salimos de la península) siendo nuestro aeropuerto precisamente responsable de la atracción que sienten “nuestros vecinos llegados del frío” por la Costa del Sol. Fue en el año 1959 cuando la compañía finesa Kar Air fletó el primer vuelo charter desde Helsinki hasta Málaga, con escalas Gotemburgo, Luxemburgo y Barcelona. Un total de 48 finlandeses llegaron en aquel avión, 'El Rompedizo', en lo que se bautizó como ‘la ruta del sol’. A ellos les siguieron muchos más, llamados por el clima y la playa.
Al principio, la Costa del Sol fue un lugar para pasar las vacaciones. Pero poco a poco empezaron a ver Málaga como un buen enclave para disfrutar su jubilación. También ayudó un alto poder adquisitivo que se multiplicaba en una zona turística aún emergente. En la actualidad, el perfil de finlandeses sigue siendo muy parecido. Según datos del INE, el 43 por ciento de la población que vive en la provincia tiene más de 65 años. Aunque también hay muchas parejas de mediana edad con hijos, que han elegido asentarse aquí buscando una diferente forma de vida.
Según los datos que maneja la oficina diplomática en Málaga, más del 10 por ciento de la población finlandesa viaja cada año a España. Un interés que se traduce también en el estudio de su idioma. La lengua de Cervantes es la más demandada por los alumnos, después del inglés.
Y en Torremolinos, uno de los primeros enclaves en los que se asentó la comunidad finesa, nos reciben en su asociación de la calle Ramal del Hoyo, donde alrededor de unos 20 estudiantes de todas las edades aprenden el idioma gracias, entre otras publicaciones y textos, a nuestro semanario. De él dicen que es su “preferido” y habrá que creerlos, porque otro rasgo del carácter finlandés es su sinceridad y honestidad, además de un genuino interés por la actualidad social y política del lugar en el que viven, en este caso, Torremolinos.
Para guiarlos en este aprendizaje de nuestra lengua es imprescindible la profesora de español Inés Pérez Latorre, licenciada en filología eslava con un máster lingüística aplicada en la enseñanza del español como lengua extranjera. Inés, aún muy joven, lleva ya 7 años ejerciendo, tres de ellos en la Asociación Finlandesa Costa del Sol en Torremolinos.
Según Inés, el “número de alumnos es cambiante pero son alrededor de 20, todos ellos muy aplicados”. Además, nos comenta que no es fácil ya que el finlandés es “un idioma que pertenece a la rama de lenguas fino - húngaras, totalmente diferentes a las lenguas romances o eslavas. La familia de lenguas fino- húngaras es bastante desconocida y tiene una gran dificultad de aprendizaje debido a sus reglas gramaticales. Algunos lingüistas piensan que tiene relación con el vasco, que tiene un origen desconocido”. Pero sus estudiantes se esfuerzan y ella se muestra más que satisfecha con los resultados.
Tras el cálido saludo y un intercambio de impresiones con todos los estudiantes finlandeses presentes, Kirsti Palmu, presidenta actual de este colectivo, y Pertti Sirviö, uno de los socios más veteranos y que mejor domina nuestro idioma, nos explican la historia, proyectos y objetivos de la Asociación Finlandesa Costa del Sol en Torremolinos.
¿Cuándo se crea la Asociación Finlandesa Costa del Sol?
–Históricamente, los primeros turistas finlandeses llegaban aquí ya en los años 60 y esta Asociación, la primera, fue fundada en 1977, siendo entonces la única asociación para los residentes y turistas finlandeses en toda la Costa del Sol. En los primeros años de los 90, al crecer el número de compatriotas aquí, las asociaciones en Benalmádena y en Fuengirola (los Pacos) se separaron de nuestra Asociación Finlandesa Costa del Sol, que continúa sus actividades en Torremolinos.
¿Con qué objetivo nace esta asociación?
–La asociación en su primer momento se crea para unir a la gente finlandesa que hay aquí y juntos hacer cosas para integrarnos. Y también ayudarnos unos a otros. O sea, el objetivo principal es crear un ambiente seguro y ofrecer actividades que tienen sentido como aprendizaje en este nuevo país en el que vivimos. La asociación une a los miembros para facilitar la vida en general y la integración a la vida y sociedad españolas.
¿Cuántas personas forman parte de la misma?
–Ahora mismo tenemos unos 350 miembros en Torremolinos, entre ellos, unos cien son muy activos. Los jubilados son la gran mayoría en la asociación. También tenemos miembros de carácter “turista” de corta duración, gente que viene por temporadas. La financiación de la asociación está basada sobre las cuotas anuales, prestaciones, etcétera. Por supuesto, también están las asociaciones finlandesas de Benalmádena o Fuengirola, con muchos socios también.
Pero ¿cuántos ciudadanos finlandeses viven en Torremolinos?
–No lo sabemos, exactamente es muy difícil de saber. Calculamos que empadronados hay unos 800, pero luego hay muchísimos más que no se empadronan porque vienen por temporadas. Y otros que vienen solo para hacer turismo.
¿Por qué eligen los finlandeses la Costa del Sol para vivir o para sus vacaciones?
–Hay mucha gente que viene aquí por vacaciones, para aprender el idioma, para jugar golf o por las playas. Y otra que elige la Costa del Sol para quedarse, sobre todo cuando ya se han jubilado y no tienen que trabajar. Aunque cada vez hay más finlandeses jóvenes que también se quedan aquí, que tienen trabajos aquí e incluso hay escuela finlandesa en Los Pacos de Fuengirola.
¿Existe mucha diferencia cultural entre un andaluz y un finlandés?
–Sí, bastante. Creo que los finlandeses somos más tímidos. Los andaluces están siempre más alegres, digamos. Son más extrovertidos. Pero aquí en la asociación ya somos casi como los andaluces. Además, tenemos talleres a los que vienen españoles a enseñarnos cosas típicas como bailes andaluces, flamenco, cocina…
¿Qué es lo que más les gusta a los finlandeses de la Costa del Sol?
–El clima, el mar, la gente, la cultura española en general. Y concretamente Torremolinos, como centro en la Costa del Sol, es un lugar ideal, cerca de ciudades importantes y del aeropuerto. También de la capital. En Finlandia la Costa del Sol es muy conocida, se habla de ella, de Málaga en general. Creo que todos los finlandeses quieren venir alguna vez.
Sean sinceros, ¿qué es lo que menos les gusta de los españoles?
–Sí, sí… cuando sale en los periódicos tantas noticias de corrupción o de cosas que no van bien, de desigualdades y de problemas sociales, eso no nos gusta. Sobre todo el problema de la corrupción, de que parece que los políticos hacen lo que quieren, en Finlandia esto no ocurre, está todo muy controlado. Nosotros como asociación misma cumplimos con nuestras responsabilidades en el municipio en el que vivimos, pero vemos que otros no lo hacen. Esa es la otra cara de la sociedad andaluza. Y la falta de seriedad y puntualidad a veces.
¿Qué actividades realizan en esta asociación?
–Tenemos muchas. La principal es aprender español, como ya han visto, y hay tres niveles de clases. Y luego desde la organización de viajes y excursiones a taller de platería, grupo de baile para la tercera edad, club de baile de sevillanas o flamenco, taller de cocina con cursos de marisquería, taller de corte y confección, club de juegos de cartas, taller de pintura, gimnasio con estudiantes de fisioterapia, pilates y yoga, juegos de bolos y de golf...también organizamos conferencias con expertos finlandeses en diferentes temas cuando nos visitan. Tenemos, como puede ver, nuestras propias exposiciones en la sede, esta es de pintura, pero las realizamos de muchas cosas. Y, por supuesto, celebramos siempre nuestras festividades.
¿Tienen algún proyecto programado?
–El primero es la celebración, el próximo 6 de diciembre, que aquí es el día de la Constitución, de la Independencia de Finlandia. Es nuestra fiesta más importante y organizamos bailes, comidas, recepciones con todos los finlandeses de la Costa del Sol y la visita de importantes personalidades. En 2017 se cumplirán los 100 años de Finlandia como país y esa fecha esperemos que el Ayuntamiento nos ayude porque queremos que sea por todo lo grande.
Otro proyecto, o más bien un deseo que tenemos, es que nos gustaría que nos visitase el nuevo alcalde, José Ortiz, porque además sabemos que su esposa es finlandesa y nos gustaría mucho conocerla e intercambiar impresiones con ella. Nosotros nos sentimos ya, pues muchos llevamos aquí 40 o más años, como si fuésemos de aquí. Y nos gustaría que Torremolinos nos viese y nos apreciase como a unos vecinos más. Sabemos que el alcalde tiene su horario y una agenda muy ocupada, pero desde aquí le queremos decir que está invitado a conocernos y que estaríamos encantados de recibirlos a él y a su esposa.
Invítenos a visitar Finlandia, ¿qué nos diría de su país?
–Es un país precioso. Y aunque la gente es más tímida e introvertida es muy amable y con sentido del humor, por lo que los turistas se sienten bien allí. La comida es muy buena también. Eso sí, es muy frío, si va a visitarlo le aconsejo que lo haga en verano, en junio o julio. Y aunque el idioma finés es muy difícil, todos los finlandeses hablan inglés. Vale la pena la visita.